La crisis económica que está generando el virus covid-19 se empieza a notar en el incremento de las solicitudes de ayuda que están llegando en los últimos días al Banco de Alimentos de Navarra, y en concreto a su almacén de Tudela. Desde este lugar, donde trabajan habitualmente 18 voluntarios, se están atendiendo en el mes de mayo a 5.215 personas que pertenecen a 1.621 familias. El BAN suministra alimentos a 25 asociaciones de la Ribera Baja, de las cuales 6 pertenecen a Tudela.
“El incremento de solicitudes es notable”, destaca Maite Mateo, responsable del almacén tudelano. “Estos días estoy actualizando los archivos y sólo en Tudela hemos tenido, de febrero hasta ahora, 174 familias más que han solicitado la ayuda, lo que representa casi 450 personas más para recibir comida. Espero para la próxima semana contar con todos los datos del resto de pueblos de la Ribera, aunque esto va creciendo al día y de ahora en adelante es cuando se va a notar el fuerte aumento”, añadió.
En la capital ribera el comedor de Villa Javier repartía comidas en febrero a 22 familias y ahora son 25 (tres más); Fundación Tudela Comparte ha subido de 118 a 179 (61); la parroquia del Buen Pastor, de 88 a 148 (60); la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, de 104 a 155 (51); y la parroquia de San Juan Bautista, de 89 a 101 (12). La asociación de gitanos La Romaní es la única que ha experimentado un ligero bajón, de 84 familias a 72 (12 menos). En febrero se beneficiaron 565 familias y actualmente lo hacen 739 con un total de 441 personas.
En la Ribera también ha crecido el número de familias necesitadas. Corella es la ciudad con más aumento. En febrero recogía alimentos para 17 familias y ahora en mayo ha pasado a 69 familias. “Creo que en nuestra zona se va a notar muchísimo la crisis que está dejando esta pandemia. Además, estoy a la espera de si Milagro también se integra porque hasta ahora era, junto con Fitero, las dos únicas localidades que no pedían ayuda”, dijo Mateo.
El horario de trabajo en el almacén de Tudela es de 9 a 13 horas, martes, miércoles, y jueves, desde el pasado 11 de marzo. “Durante los dos meses de confinamiento no hemos dejado de atender a las asociaciones, aunque se recurrió a turnos de dos voluntarios por día con la ayuda y colaboración de personas que pertenecen al grupo de Empleo Social Protegido. Esta crisis va a ser dura”, reconoció Maite Mateo.