El grupo de 80 voluntarias de todas las localidades de la Ribera que a lo largo de la crisis de la enfermedad del coronavirus ha estado confeccionando materiales para el personal sanitario y de las residencias de ancianos de Navarra está a punto de poner punto final a una experiencia que ha permitido confeccionar 2.750 batas y 1.600 delantales de polipropileno que se han distribuido en residencias y centros de salud, además de otras 2.114 batas para el Hospital de Tudela.
Además de las costureras se implicaron firmas como Carrefour, que ha aportado las bolsas en las que se precintan las batas; Diquesí ha aportado las cajas en las que se han preparado los envíos más voluminosos, la firma de moda Jesús Clemos aportó los burros de perchas, la Asociación de Mujeres Hierbabuena de Ablitas y la Residencia Ntra. Sra. de Gracia también aportaron bolsas, un grupo de alumnos del IES Valle del Ebro «y cuando nos quedamos sin hilo hicimos un llamamiento en el que la ciudadanía tuvo una respuesta muy generosa», reconoce.
Con el apoyo de Maite Blanco y Eva Antón coordinando las tareas de costura, el colegio de enfermería comenzó a aportar el polipropileno y los patrones diseñados para contar con todas las garantías de seguridad para el personal. Sacos y Semillas de Fustiñana, el centro especial de empleo de Amimet y las propias Maite Blanco y Eva Antón se encargaron de cortar los patrones. La Guardía Civil ha asumido la tarea de trasladar el material hasta las responsables del grupo en cada localidad y recoger las batas confeccionadas.
Una vez en Tudela, la propia Mar y Elena han sido las encargadas de llevar a cabo un cuidadoso trabajo de desinfección por el túnel de ozono con el que ha contribuido el ayuntamiento de Tudela al proyecto en las instalaciones de Protección Civil. «Es un trabajo minucioso, por el que han pasado en burros de perchas cada una de las batas del proyecto, un trabajo para el que nos ponemos nuestros propios equipos de protección para evitar cualquier posible contaminación y manipularlos únicamente nosotras dos a una media de 200 batas cada 5 horas que se empaquetan y precintan desinfectadas en paquetes de 5 para su reparto», relata Mar, que entrega estos paquetes a la Policía Foral que se encarga de hacer llegar el material a los centros donde son necesarios.
«Tenemos que agradecer la disposición y atención que en todo momento nos han dedicado Pedro Martín Paez, capitán de la Guardía Civil de Tudela; Miguel Ángel Escudero, jefe de la comisaría de la Policía Foral de Tudela; Juan Cruz Ruiz, jefe de la policía Municipal de Tudela; Jesús Peleato, responsable de la Agrupación de Protección Civil de Tudela; Sergio Hualde, voluntarios de la agrupación, los bomberos de los parques de Tudela y Cordovilla y todas las patrullas tanto de Guardia Civil como de la Policía Foral… todos ellos con su buen hacer y disposición y sin perder nunca la sonrisa han hecho que todo esto sea mucho más fácil», recuerda Mar.
Apoyo al área de salud de Tudela
Paralelamente a toda esta iniciativa, añade Mar, el área de salud de Tudela se puso en contacto con Maite Blanco para saber si era posible abastecer sus propias necesidades aportando el material para confeccionar las batas. La respuesta la han dado confeccionando hasta el momento 2.114 batas que están sirviendo como material del protección de los profesionales del Hospital Reina Sofía de Tudela en una inciativa que las voluntarias todavía van a mantener activa.
Todo ello, destaca la coordinadora del proyecto, se ha llevado a cabo con la más estricta profesionalidad, confeccionando todos los materiales con guantes y mascarillas para evitar cualquier posible contagio incluso antes de desinfectar todo el material con ozono. «Ante cualquier sospecha o caso de confirmación de covid-19 en el entorno de algún miembro del grupo se dejaba de coser», explica.
Ahora, afortunadamente ha llegado el momento de apagar las máquinas y dejar de coser. «El Gobierno de Navarra y Lares, la asociación que integra a las residencias de ancianos, cogen las riendas del abastecimiento de material. A nosotros», reconoce Mar, «nos ha tocado dar una respuesta a la situación de caos y desabastecimiento de material que se produjo en las primeras semanas de la pandemia de la enfermedad por coronavirus, en los que no había material suficiente de equipos de protección personal sobre todo en las residencias», recalca.