La mayoría de países europeos, incluso con menores medidas de confinamiento que el nuestro, ya tienen preparados planes de desescalonamiento de esas medidas o como lo llamen. Así lo aconseja la Unión Europea. Alemania ha anunciado que dispone de un plan, realizado por expertos, de salida de esta situación tan lamentable y preparado por su Instituto de Economía. Francia, a través del discurso institucional de su Presidente ya ha anunciado que comenzara a mediados de mayo. Sin embargo, poco o nada se sabe, una vez más, en nuestro país que sigue improvisando y acordando medidas unilateralmente con ausencia de control parlamentario. ¿Hasta cuándo se puede tener a la población en arresto domiciliario en lid de la salud pública? ¿Dos meses, tres, cuatro? ¿Hasta cuándo se puede permitir la economía de un país un cese de su productividad sin castigar durante más tiempo del que nadie desearía, a sus jóvenes y generaciones futuras? ¿Vamos a cambiar unos problemas por otros al menos igual de graves de penuria, desempleo, salud mental u otros? Esas son las grandes preguntas, teniendo en cuenta que hay expertos juristas que nos advierten que en realidad esto no es un estado de alarma, sino de excepción, ya que estamos arrestados sin poder salir, excepto para lo que el Gobierno ha decidido que es imprescindible, el menor rato posible y a diferencia de otro países europeos donde las actividades individuales al aire libre, las salidas de niños en familia o los paseos se han respetado por considerar que no se podía atentar de tal manera contra las libertades de los ciudadanos. En Suecia ni siquiera les han confinado, apelando a la responsabilidad individual, habrá que ver las consecuencias pero sí que es verdad que a pesar de todo nuestro extremo confinamiento, lideramos las muertes por el virus. Creo, que en algún momento habrá que decir las verdades del barquero, y analizar el por qué ha causado tantas víctimas. Y eso, que parece ser que los datos oficiales solo contemplan a las personas a las qué se les ha realizado el test y no se han contabilizado a otras, en residencias o en régimen de aislamiento domiciliario, por no disponer de este material necesario por falta de previsión y, por tanto, sospecho que el número será bastante mayor. Mientras tanto, veo necesario planificar la salida del confinamiento y de los permisos de tercer grado. Además, según dicen algunos expertos, si no se planifica a nivel global y no se pone orden a nivel europeo, estaremos en las mismas y podrían venir segundas oleadas si en unos lugares se puede salir y en otros no, unos viajan y otros no, unos van y otros vienen, ya que si algo nos ha enseñado esta crisis sanitaria es que si importa lo que se hace en otros países para nuestra salud, que no entiende de fronteras. Toda situación penosa, como está, necesita un hilo de esperanza y ese es que este Gobierno nos permita saber cuándo podremos retomar, al menos algunas actividades y en qué condiciones, en definitiva, cuando nos dejaran seguir con nuestra vida, pues la incertidumbre es algo que influye en nuestro grado de estrés y de confort psicológico, que bastante alterado lo tenemos ya. Esperemos que tengan un Plan y que lo den a conocer, que sea reflexionado y eficaz, porque ya se ha improvisado bastante y necesitamos conocerlo ya.
RICARDO LÓPEZ PÉREZ
EXVICEPRESIDENTE DE LA JUNTA DE AGUAS DE TUDELA