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Una tudelana, autora de un estudio que podría ayudar a combatir la leucemia mieloide aguda

* Elena Arriazu, doctora en Bioquímica y Biología molecular, y el resto del equipo con el que trabaja, proponen una combinación de fármacos que podría ser útil para tratar a un 30% de los pacientes con esta leucemia * La investigadora llama también la atención sobre la importancia de invertir en sectores que han sido relegados los últimos años como sanidad, el sector primario y sobre todo investigación

Elena Arriazu, investigadora del CIMA
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La tudelana Elena Arriazu, doctora en Bioquímica y Biología molecular, es la primera autora de un trabajo que puede suponer un avance en la lucha contra la Leucemia Mieloide Aguda (LMA). Ella y otros investigadores del Cima y de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra proponen una combinación de fármacos para luchar contra la enfermedad, a raíz de un descubrimiento que llevaron a cabo sobre un nuevo mecanismo molecular implicado en el desarrollo de la leucemia.

La LMA es una enfermedad muy agresiva en la que las células tumorales proliferan de forma descontrolada, «invadiendo la médula ósea e interfiriendo con la producción de las células normales de la sangre», explica Elena Arriazu. «Este crecimiento tan descontrolado provoca que las células tumorales terminen invadiendo otros órganos y tejidos. Es el tipo de leucemia aguda más común en adultos y la que tiene peor pronóstico. Las terapias efectivas suelen ser sólo aplicables a pacientes jóvenes, mientras que las opciones de tratamiento para mayores de 65 años, que son la mayoría de los pacientes, son escasas y poco eficaces. Por lo que hay una necesidad de encontrar nuevas terapias individualizadas más eficaces».

Esperanza para el 30% de pacientes más graves

La línea de investigación de esta investigadora y todo el equipo implicado está centrada en conocer cómo se regula PP2A, «una proteína «anti-cáncer» que controla funciones esenciales en la célula y que impide que se desarrollen tumores», continúa la investigadora tudelana. «Esta proteína «anti-cáncer» está inactiva en pacientes con leucemia mieloide aguda, en parte, por culpa de otra proteína «pro-cancer» llamada SET».

«En nuestro trabajo, hemos identificado un nuevo mecanismo de regulación de SET, esta proteína pro-cáncer. Una vez descrito este nuevo mecanismo, probamos una combinación de fármacos, que podría ser muy eficaz para este 30% de los pacientes con leucemia mieloide aguda. Esta combinación de fármacos hace que las células tumorales mueran más y disminuya su agresividad. Un fármaco se centra en inhibir la activación del oncogen SET. El otro fármaco activa a PP2A, provocando su correcto funcionamiento y favoreciendo la muerte de las células tumorales».

Elena Arriazu y el resto de investigadores, probaron esta combinación eficazmente en muestras de pacientes del complejo hospitalario de Navarra (CHN), «gracias a la colaboración que tenemos con la Dra. María Carmen Mateos especialista del servicio de hematología del CHN», explica.»También se probó con éxito en un modelo de peces cebra. Son unos pequeños pececillos transparentes, lo que facilita que se vea la progresión del tumor. Este modelo está en auge, ya que es más rápido y económico que los modelos murinos (con ratones) y sorprendentemente, la similitud de los procesos biológicos de los peces con los humanos es muy alta. Esto se desarrolló gracias a la colaboración que tenemos con la Dra. María Luisa Cayuela, del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria».

Este trabajo, en el que Elena Arriazu es primera autora, está dirigido por la Dra. María Dolores Odero, catedrática de genética de la Universidad de Navarra. «Ha participado también la Dra. Carmen Vicente, otra investigadora de mi laboratorio y compañera mía y nuestro colaborador el Dr. Ángel Nebreda del Instituto de Investigación Biomédica (IRB de Barcelona)». Dicho trabajo ha sido recientemente publicado en Blood Cancer Journal, revista de referencia en el campo de la hematología oncológica.

Sobre el coronavirus

Elena Arriazu vive también estos días las consecuencias de la actual crisis generada por el COVID-19. «A mí personalmente, como a otras muchas personas creo, me pilló muy de sorpresa que nos fuera a afectar tan directamente. Es cierto que la OMS llevaba avisando de que habría una gran pandemia. Pero como había ocurrido con la del SARS en 2003 y otras epidemias posteriores, se pudieron contener y aunque hubo miles de infectados, no nos tocó de primera mano. Cuando salían las noticias del nuevo coronavirus, creo que la gran mayoría pensábamos que no iba a llegar aquí. O como mucho algún caso suelto, pero al final se ha convertido en una gran pandemia».

Elena Arriazu explica que ella no es viróloga, pero como científica, le gusta estar informada y suele leer artículos científicos que se publican con los nuevos avances. «Al ser un nuevo virus», comenta, «nos enfrentamos a algo desconocido, pero es cierto que gracias a todas las investigaciones que se han llevado a cabo durante estos últimos años, en otros tipos de coronavirus hace que no partamos de cero. Gracias a ello, ya se están probando en pacientes terapias que son eficaces frente a otras enfermedades y que podrían funcionar en el COVID-19 o se habla de posibles vacunas que podrían estar para dentro de un año, cuando de normal, el desarrollo de nuevas vacunas tarda entre 5 o 10 años».

Además, esta científica tudelana cree que el gran avance en ciencia que tenemos actualmente, junto con la colaboración internacional, nos está ayudando a entender mejor al virus: «Cada día salen nuevos estudios científicos, por eso casi cada día las recomendaciones y protocolos cambian. A mediados de marzo salió publicado un artículo (en medRxiv.org) que decía que este nuevo virus SARS-COVID-2 producía de miles a millones de copias (multiplicándose casi 1000 veces más que el antiguo SARS), tanto en nariz como en garganta y esto ocurría antes de aparecer los síntomas, por lo que podía ser una causa de su gran infectividad. Este es uno de los tantos estudios que confirman la importancia de lavarse las manos a conciencia muy a menudo, tengas síntomas o no; y la importancia de la distancia social, para evitar los contagios masivos».

Respecto al confinamiento, Elena cree que está dando sus frutos:  «Hay que tener en cuenta que tiene un periodo de incubación muy largo, una media de 10 días. Y parece que los enfermos tardan en curarse varias semanas, así que es ahora cuando empezamos a ver que los casos no aumentan tan rápido como al principio. Se está llegando al famoso pico o más bien se está alcanzando una meseta de contagios».

Elena Arriazu tiene también muy claro que esta experiencia debería servir para que todos aprendamos cosas. «Lo que realmente debería calar en la sociedad es: la importancia de la higiene respiratoria y de lavarse las manos con jabón muy a menudo, tanto para esta pandemia como para la vida cotidiana. La importancia de invertir en sectores que han sido relegados los últimos años como sanidad, el sector primario y sobre todo investigación. Porque cuando esto termine, que terminará, aparecerá otro nuevo virus y tendremos que estar realmente preparados, con los medios y el conocimiento suficientes. Por ello es tan importante la inversión en sanidad, educación e investigación».

Curriculum

Elena Arriazu es doctora en Bioquímica y Biología molecular. Hizo una estancia postdoctoral de cuatro años en el Mount Sinai school of Medicine (New York, NY, EE.UU.). En Enero de 2015 se incorporó al departamento de Onco-hematología en el CIMA Universidad de Navarra, bajo la dirección de la Dra. María D. Odero, donde actualmente es investigadora y pertenece a CIBER (centro de investigación biomédica en red) del instituto de salud Carlos iii dentro del programa CIBERONC. «A parte de investigadora, también dirijo trabajos fin de carrera y trabajos fin de máster de estudiantes de la Universidad de Navarra. De hecho, actualmente un estudiante ablitero está haciendo el trabajo fin de máster conmigo». Sin duda, con investigación, esfuerzo y trabajo, como el de Elena y su equipo, se siguen haciendo avances en campos tan importantes para el ser humano, como están demostrando las circunstancias que actualmente vivimos.