Ingenieros, profesores, fanáticos de la informática, del diseño, la robótica o simplemente aficionados a la impresión 3D. Así son los más de 400 personas que a día de hoy forman en Navarra el equipo de voluntarios que no deja de imprimir en sus equipos las pantallas de protección para el coronavirus para el personal sanitario de hospitales, centros de salud y personal de residencias de ancianos en medio de la crisis del Covid-19.
El arguedano Javier García es el coordinador del grupo desde el que se está atendiendo la demanda que se produce en el área de salud de Tudela y zona media. Es responsable de una empresa relacionada con la informática y un apasionado de la impresión 3D. Cuenta con dos equipos que estos días trabajan a tope día y noche para tratar de dar una respuesta a la petición de ayuda que realizaron los sanitarios al no poder protegerse de posibles contagios del virus por la falta de equipos de protección individual. «Cuando me uní al grupo que se había creado en Navarra estábamos 40. Hoy somos más de 400 y unas 500 impresoras y se han creado varios grupos para coordinarnos por áreas de salud», explica.
Tras escuchar y leer el llamamiento de los sanitarios, el grupo se planteó dar a una respuesta con la tecnología que tenían a su alcance. «En un primer momento se pensó en mascarillas, pero el problema es que impresión 3D deja microporos y además resultan complicada de imprimir, al requerir el uso de materiales flexibles». A este problema enseguida se encontró una solución. «Vimos que había otro elemento que se podía crear fácilmente, protectores faciales a modo de pantalla con un acetato y una visera, de modo que si alguien tose o estornuda los gérmenes no van a la cara. Y nos pusimos a ello».
El grupo, explica Javier, tiene una capacidad productiva cercana a las 2.000 máscaras al día. «Todo depende de la implicación que pueda poner cada uno pero nuestro propósito es imprimir como si no hubiera un mañana», comenta.
Para hacer posible la producción de las pantallas de protección, el grupo cuenta además con la colaboración de Protección Civil, Policía Foral, DYA, Policías locales y ayuntamientos. «Cuando alguien levanta la mano porque le faltan gomas, acetato o el PLA, material con el que se imprimen las viseras, se extiende el aviso y se le suministra el material necesario. En mi caso me faltaban acetatos y el alcalde de Arguedas me trajo 250 acetatos del ayuntamiento», explica Javier.
A lo largo de este fin de semana se han imprimido pantallas suficientes para hacer frente a las necesidades más urgentes. Se han entregado en el Complejo Hospitalario de Navarra, servicios de urgencias, Clínica Universitaria, Hospital de Tudela. «Ahora también queremos atender la demanda que existe en las residencias. Nuestro objetivo es contactar con las entidades locales y que nos trasladen decirnos qué necesitan, algo que ya pueden hacer a través de la propia Federación de Municipios y Concejos de Navarra», señala.
«El factor social es lo que da valor a este proyecto»
Javier García destaca el factor social que está dando valor a este proyecto. «Sabes que cada pantalla está llegando a personas que lo necesitan para su trabajo y te está llegando su agradecimiento. O sabes que estás imprimiendo una visera para una pantalla que va a acabar en la residencia en la que está tu abuelo. Hemos decidido que entre todos vamos a poner algo en esta crisis. Nos acordamos de vosotros y ahí lo tenéis», indica.
A cambio, reconoce, una respuesta sobresaliente. «No dejamos de recibir agradecimientos por parte de médicos, enfermeras, trabajadores de residencias. Nos llegan sus videos con el material, audios. Hay un montón de gente detrás. Coordinando, trabajando, poniendo las impresoras, poniendo material, poniendo tiempo para que ellos puedan trabajar más seguros, y nos lo agradecen mucho».
Listos para el proyecto de respiradores
El grupo de Tudela sigue atentamente todo el movimiento de respuesta ciudadana que se está produciendo durante esta crisis. Mientras imprimen viseras para la pantallas de protección miran de reojo el proyecto planteado por un grupo de asturianos para crear respiradores con impresoras 3D. «Estamos a la espera de ver cómo funciona el proyecto. De momento no se está haciendo nada porque no hay nada aprobado ni nada testeado, pero en el momento que esté aprobado y simplemente será un fichero y nos pondremos a imprimir», asegura.