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El Aspil-Jumpers se exhibe ante la adversidad, pero cae 2-3 ante Palma Futsal

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Se puede perder de muchas formas. Tal vez, la más digna de elogio sea la del Aspil-Jumpers Ribera Navarra FS. A las bajas de Ferran, Sergio y David, se sumaba a última hora la de Paulinho, con molestias, y hubo que añadir, también, la de Pazos, caído en combate.

Pese a ello, contra viento y marea y a pesar del doloroso 0-3 inicial, los naranjas hicieron gala de un espíritu irreductible ante tanta adversidad y merecieron igualar el choque por juego, garra y ocasiones, pero terminó terminó cayendo del lado de Palma Futsal por 2-3. Un choque especial para Íñigo Martínez, que vivió sus primeros minutos como jugador del primer equipo.

El choque tuvo una parte para cada conjunto. Los baleares protagonizaron la primera y se pusieron por delante a los cinco minutos por mediación de Hamza, que pidió perdón a la que fue su afición tras batir a Gus de un potente disparo a bocajarro.

El partido se ponía cuesta arriba para el Ribera, que tenía problemas para mover el balón y sufría con los ataques de los visitantes, que volvieron a anotar, esta vez por mediación de Tomaz, en una rápida transición. Pero las cosas fueron a peor, y Raúl Campos terminó de empinar el tránsito del Aspil por el partido penalizando con el tercer gol una pérdida de balón en la creación.

Salvo alguna pequeña excepción, el Aspil se ‘estrenó’ en ataque acto seguido de encajar con un disparo de Nil que acabó en el palo. En defensa, Gus seguía parando todo lo que le llegaba, que no era poco en esos minutos, en los que el Ribera sufría mucho y sólo podía salir al ataque a la contra.

Quedaban menos de dos minutos para el descanso y el Ribera necesitaba un respiro, pero, sobre todo, ese resquicio por el que crece la fe. Esa ‘rendija’ llegó tras un córner que Javivi mandó a la escuadra de un derechazo para poner el 1-3 a 1:50 del descanso. Y la fe creció a borbotones.

Enorme segunda parte del Ribera
El Aspil salió decidido a presentar batalla tras el paso de vestuarios, pero entonces llegó un nuevo mazazo. Pazos, que ayer estrenó capitanía, tuvo que marcharse doliéndose del tobillo tras un choque. Ya no volvería.

Con cinco bajas en una plantilla de doce integrantes y 1-3 en el marcador, tal vez lo mejor hubiera sido rendirse. Lejos de ello, ‘Pato’ y sus chavales decidieron coger el hacha de guerra y afrontaron el partido decididos a morir con las botas puestas.

Poco después de la lesión de Pazos que dejó al Aspil sin capitanes sanos, Javivi volvió a alumbrar de esperanza y ánimo al Ribera anotando el 2-3 a pase de Tripodi. Quedaban algo más de 16 minutos y el Aspil estaba más vivo que nunca. En los siguientes minutos, los de ‘Pato’ desarbolaron a Palma con una exhibición de juego. Un esfuerzo tremendo. En las galopadas al ataque y en los sacrificados repliegues que no hacían otra cosa que caldear una caldera que entró en ebullición al son del trabajo de sus guerreros. ¡Qué garra!

Ante tanto sufrimiento, Vadillo, superado por la puesta de escena de los naranjas, pidió un tiempo muerto que cambió el partido. Después, el vértigo ya no volvió. A falta de cinco minutos y con el corazón supliendo la falta de fuerzas, Lucas se vistió de portero jugador en busca del tanto de un empate que no llegaría. Los tres puntos volaron a Palma, pero en el recuerdo del Ciudad de Tudela quedará la corajuda exhibición de un equipo que, pese a todo, no se rendirá nunca.

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