Con motivo de las Jornadas Europeas de Patrimonio, el pasado sábado, 28 de septiembre, la Asociación patrimonio de Ablitas organizaba una ruta recorriendo en un paseo de sensaciones buena parte de los lugares de la memoria histórica de Ablitas. La marcha partió de la plaza a las 9 de la mañana. Los participantes, buena y diversa gente de Ablitas, disfrutaron de una mañana extraordinaria del veranillo de San Miguel recordando su pasado, «que es el origen del presente, un paradigma que no podemos olvidar», aseguran los organizadores.
De este modo, la primera parada fue en el “Cabezo de la Mesa” para ver los restos del poblado celtibérico y sus defensas naturales frente a los ataques de los enemigos. Pueblo guerrero de cultura pastoril. Un gran yacimiento que esperamos que las nuevas generaciones se interesen por él, y lo pongan en valor como merece. «Somos con Cortes de Navarra (Cerro de la Cruz) las fronteras más al norte de la Celtiberia. Después de nuestra localidad, hacia el norte lo dominan los celtas».
En segundo lugar, visitaron la calzada romana «que sin duda es el mejor tramo conservado de nuestro país». En ese monumento romano, se recordó la romanización, el sistema de calzadas, las grandes obras pública romanas, lo ingenieros romanos, el arte como propaganda etc.
Después, el paseo continuó hasta la Villa Romana situada en el término del “Villar”. Tras un suculento almuerzo, pues cada uno llevó lo que más le apeteció de su nevera, se visitaron las dependencias de esta hacienda o villa que tenía un terreno de cultivo de 40 campos de futbol. «Sin duda, ver ese yacimiento escavado, es recordar la vida cotidiana de los romanos con su hipocausto o calefacción de la época, estancias habitacionales, y sistemas de construcción que son la envidia de las facultades de arquitectura. Una gozadas para entender el por qué es un imperio, el romano, que no se volverá a repetir nunca».
Para terminar, visitaron el castillo, santo y seña del pueblo de Ablitas. No se pudo entrar porque las obra siguen a buen ritmo. No obstante, se pudo ver la primera hilada de sillares del tambor de la torre del homenaje, y «sin duda, la emoción embargo a los excursionistas que se sintieron emocionados porque estas obras no hay quien las pare».
En definitiva, una mañana agradable, con gente interesante y amante del pasado ablitero que ha roto la rutina del sábado para venir de excursión, y que ha dado esperanza, a los organizadores, para seguir luchando por el patrimonio inmenso de nuestro pueblo.
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