Gran ambiente durante el concurso gastronómico
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ANTONIO REMON/MILAGRO

El lunes el programa contemplaba hinchables para los niños y el concurso de ajoarrieros además de los correspondientes encierros y suelta de vaquillas en calles y plaza
Los Actos oficiales del lunes festivo de Milagro comenzaban a las 9 de la mañana cuando estallaba el cohete anunciador del primer encierro largo matutino con reses de la ganadería de Santos Zapatería en el que no hubo que lamentar ningún incidente digno de reseñar. Al finalizar el mismo las peñas se dispusieron a reponer fuerzas con suculentos almuerzos. Después de las vaquillas de medio día la siguiente cita era en la Avenida de Navarra donde se celebraba el XVI Concurso de Ajoarrieros.
Sobre la una del mediodía aproximadamente, se dieron cita en la Avenida Navarra los 25 participantes de esta edición (4 más que la edición anterior) que comenzaron a ubicarse y a preparar los guisos. Los participantes tuvieron que inscribirse previamente en el Ayuntamiento y se les concedió un vale de 50 euros para la compra del material necesario para su elaboración, totalmente libre de ingredientes, entre los que no faltaban el bacalao, cebollas, ajos, pimientos, tomate y otros con gambas y caracoles. Mientras se cocinaba en el lugar previsto, se fueron haciendo efectivos el importe de esos vales entregados.
Los participantes contaban con mesas y separadores para partir las zonas de guiso habilitadas por el ayuntamiento ribero, por lo que las cuadrillas únicamente aportaban el butano y los ingredientes para su elaboración.
Posteriormente el jurado compuesto por Izaskun Rodriguez, Charo Tenías y Moisés Torrecillas comenzaba a valorar los guisos. Tras una complicada y difícil decisión decidieron otorgar el primer premio a la cuadrilla de Las Rubias No Son Tontas, el segundo guiso fue a parar para la cuadrilla de El Cartucho y el tercero a la cuadrilla La Mandarra Chicas. Para los tres primeros hubo trofeo y ristras de ajos, que repartieron los ediles Joaquín Bermejo, Tarané Lebrero y Pedro Martín Lebrero, además entre todos los participantes se repartieron delantales y panes, acto seguido se procedió a dar buena cuenta de los guisos en la misma calle donde el consistorio había habilitado mesas y sillas además del pan.
La fiesta continuó a partir de las seis y media de la tarde con la suelta de reses bravas en la calle por el recorrido de las de las tardes y la primera capea de las fiestas en la plaza a cargo de los quintos nacidos en 2001. Al término de las vacas la tradicional y multitudinaria bajadica desde la plaza con la charanga de Milagro y la quema de un nuevo toro de fuego para los más pequeños.
Por la noche los milagreses contaban en la verbena con el grupo “Iceberg”.