La presencia de instalaciones aisladas, cuya generación energética está basada en las energías renovables, ha experimentado un notable crecimiento en esta última década. A día de hoy, cuando paseamos por los campos y montes de nuestro entorno, es extraño no encontrarnos con fincas, granjas, campings, etc, cuyo suministro eléctrico se encuentra asegurado, en su total o mayor medida, por este tipo de infraestructuras. Lejos han quedado ya aquellos años en los que ver unas placas en un huerto parecía algo de “ciencia ficción” o solo destinado a unos pocos.
¿Qué es una instalación aislada?
Definido de manera sencilla son aquellas en las que el suministro eléctrico que va a necesitar un usuario NO proviene de la red de distribución habitual de la compañía eléctrica sino que es derivado de sistemas de generación eléctrica que no se encuentran conectados a ella y que son autosuficientes; Entre los sistemas de generación eléctrica más conocidos y utilizados desde hace muchos años, se encuentran los grupos electrógenos, cuyo funcionamiento se basa en los combustibles fósiles, siendo los de fuentes renovables los que más expansión actual tienen.
En referencia a estos últimos, los más empleados son la tecnología solar fotovoltaica, eólica e hidráulica (turbinas), siendo las dos primeras las más extendidas en nuestra zona, debido a las buenísimas condiciones de radiación solar y recurso eólico existentes.
Las soluciones que ofrecen este tipo de tecnologías en entornos rurales, rústicos, zonas remotas, u otras localizaciones donde no hay un acceso sencillo al sistema eléctrico convencional, bien derivado de impedimentos legales, requisitos medio ambientales o económicos; permiten garantizar las necesidades de suministro eléctrico que puedan plantearse en un momento dado.
Por otra parte, cada vez es más frecuente observar “cambios de mentalidad” entre los usuarios de la energía los cuales reclaman, soluciones renovables, alejadas de los sistemas energéticos basados en tecnologías poco respetuosas con el medio ambiente y que además obligan a establecer un contrato de suministro casi de por vida.
Ahí es donde los avances que se están experimentado en todo lo que rodea a la tecnología de las energías renovables, han convertido a éstas, en una apuesta sólida y solvente para ayudarnos a resolver la gran mayoría de las necesidades energéticas que se nos presentan.
Sergio Reinaldo, ingeniero de la empresa tudelana CAJ ECOENER, especializada en instalación y mantenimiento de infraestructuras de autoconsumo, reconoce que se trata de una apuesta creciente que permite solventar una buena parte de los problemas suscitados por los condicionantes o requisitos legales que se presentan a la hora de solicitar la conexión a la red eléctrica convencional en determinados lugares, tanto de nuestra vivienda, granja o pequeño negocio; bien sea por dificultades técnicas, de impacto medioambiental, elevado coste de inversión o por gestión del territorio; respecto a esto último, cada vez es más frecuente encontrarnos con ordenanzas municipales que NO facilitan que haya un suministro eléctrico convencional en fincas y ante determinados usos (caso de casetas de recreo o viviendas en zonas rústicas). “Hasta ahora venían siendo instalaciones puntuales, pero en los últimos 5 – 7 años, estamos viviendo un verdadero boom de solicitudes».
En base a la búsqueda de dar soluciones a las distintas necesidades planteadas, las infraestructuras de autoconsumo aisladas pueden ser, desde muy sencillas (típicas de un huerto), a bastante complejas, caso de granjas, campings, etc; pudiendo o no, combinarse entre sí diferentes fuentes renovables, con el predominio actual de la fotovoltaica.
A ello se une, que buena parte de los dispositivos constituyentes de estas instalaciones, han evolucionado técnicamente, de forma considerable, en estos últimos años. La aparición de reguladores solares de maximización, implementación de inversores de red en instalaciones aisladas, sistemas de control remoto vía Ethernet – GPRS, monitorización de sistemas de almacenamiento de la energía y la cada vez más frecuente integración de baterías de ión litio entre otros, permiten atender cualquier demanda eléctrica de un usuario; desde la pequeña instalación monofásica 230 V para atender el frigorífico y pequeños electrodomésticos de nuestra caseta hasta grandes sistemas trifásicos 400/230 V de gran potencia, con bombas, sistemas de climatización, etc de granjas, hostales rurales, camping, etc.
Lógicamente hay que entender que estamos hablando de fuentes de energía renovables y, como tales, en un momento dado, pueden no facilitarnos toda la energía necesaria, caso de, por ejemplo, días de niebla (sin radiación solar, sin viento), no obstante, la posible complementación de varias fuentes renovables y un adecuado dimensionado de las baterías de acumulación de energía eléctrica, pueden minimizar la necesidad del uso de grupos electrógenos de forma casi total.
Antes de llevar a cabo una inversión de este tipo, explica S. Reinaldo, es fundamental realizar un adecuado análisis de las necesidades eléctricas, conocer cuánta electricidad voy a consumir y cuándo, el usuario tiene que tomar parte en esta fase inicial de diseño, ya que es el “cimiento de la casa”, si no sabemos qué necesitamos difícilmente podremos obtener una solución adecuada para cumplir con las expectativas planteadas. Hay que tener muy presente que dependemos de unos recursos renovables, cuyas condiciones, cambian en diferentes épocas del año, al igual que lo suelen hacer nuestra forma de consumir electricidad, por lo que hay que dimensionar las instalaciones convenientemente para asegurar cubrir las demandas, evitando lo más posible el empleo del generador eléctrico convencional, a un coste adecuado.
El coste medio de este tipo de infraestructuras se ha reducido considerablemente en los últimos años, especialmente por la importante caída en el precio de los módulos solares y en menor grado, del equipamiento electrónico (reguladores solares, inversores – cargadores, monitores, etc). A su vez, las mejoras técnicas ofrecidas en las soluciones actuales son indiscutiblemente muy superiores a las existentes hace unos pocos años. Es decir, podemos tener mucho más por menos. Para hacernos una idea, una instalación típica de autoconsumo aislado en una finca de recreo puede conllevar una inversión que rondará los 5.000 a 9.000 € en base a las necesidades planteadas.
Además, las administraciones han vuelto a favorecer este tipo de instalaciones. Se han recuperado ayudas desde el punto de vista de deducciones fiscales para particulares, deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades y subvenciones y ayudas que pueden alcanzar el 30 por ciento de la inversión.
Marcas reconocidas e instaladores acreditados
La apuesta por equipamiento de marcas de calidad, con prestigio, instaladas y mantenidas por instaladores autorizados especialistas experimentados, es fundamental para garantizar el adecuado funcionamiento y mantenimiento de este tipo de soluciones cuya vida útil es muy larga. Las garantías que ofrecen las marcas más reconocidas, cada vez son más extensas, siendo de 5 años para el caso de reguladores, inversores, 10 años para las baterías de ión litio y hasta 25 años ante defectos de algunas marcas de módulos solares.
«En una vivienda o negocio NO te la puedes jugar, el cliente debería, antes de emprender este tipo de inversiones, ponerse en contacto con una empresa instaladora reconocida en este sector, que disponga un buen servicio post – venta y que esté al día de todo lo que se va moviendo en este mundo, en continuo cambio y evolución”, explica S. Reinaldo. “A su vez, hay que tener muy presente el conocimiento interno del funcionamiento de los equipos, a fin de adelantarse a posibles problemas derivados de una mala instalación, manejo o incluso mantenimiento”. “Nosotros, desde CAJ ECOENER, hemos apostado por la formación continua, la acreditación como instaladores mantenedores de las principales marcas del sector y en poner en valor, la dedicación y el conocimiento en cada necesidad que el cliente nos plantea”, ofreciéndose soluciones “a medida”, indica este técnico.
Hoy en día en Internet hay una amplia oferta de equipamiento técnico pero, “sin un conocimiento adecuado de lo que nos traemos entre manos o bien siendo asesorado por alguien que seguramente no ha visto mi finca y que no ha analizado qué voy a hacer en ella”, explica Reinaldo, con mucha seguridad, va a desencadenar que la elección de un Kit muy barato, y presumiblemente adecuado para cubrir mis necesidades, pueda resultar a medio plazo caro y decepcionante”.
“Mi consejo es ponerse en mano de expertos que aconsejarán y darán soluciones apropiadas a las necesidades planteadas, con rigor, eficacia y solvencia, obteniendo un resultado altamente satisfactorio por muchos años”, comenta Reinaldo.