El cultivo de maíz de la finca experimental que la sociedad pública INTIA tiene en Cadreita, cuenta desde ayer con unos sensores de humedad en suelo que permitirán establecer un riego deficitario controlado con dos tipos de aspersores diferentes, de presión convencional y de baja presión, que se realizará en momentos fenológicos diferentes del cultivo.
Esta es una de las estrategias de gestión del agua de riego en el sector agrario que tiene como objetivo mejorar la eficiencia en el uso del agua de riego, fomentar el ahorro de este recurso limitado y reducir la contaminación por nitratos.
El agua es un recurso escaso y esencial que debemos conservar. Por ello, es importante implantar medidas de ahorro de agua en los procesos en los que se utiliza, como es el caso de los sistemas de riego. Para mejorar esta situación, cada vez es más necesario optimizar el agua que se utiliza e implantar medidas que permitan un ahorro de la misma. En este sentido, el riego deficitario controlado es una estrategia de aplicación de agua basada en la idea de reducir los aportes hídricos en aquellos periodos fenológicos en los que un déficit hídrico controlado no afecta sensiblemente a la producción y calidad de la cosecha y de cubrir plenamente la demanda de la planta durante el resto del ciclo de cultivo.
Pero además de la gestión del agua, hay que tener en cuenta la componente energética, dos recursos que están muy ligados. Optimizar la eficiencia del uso de la energía eléctrica además de combatir el cambio climático, mejora el margen neto de las explotaciones, ya que el coste eléctrico de los riegos presurizados representa una parte importante de los costes de producción.
El pasado 5 de junio se celebró una jornada técnica en la propia finca en la que Francesc Ferrer Alegre, Dr Ing. Agrónomo y Director de LabFerrer realizó una demostración sobre la correcta instalación de las sondas y la interpretación de los datos obtenidos: contenido volumétrico de agua, lámina de agua por cada capa/zona (mm), agua disponible para la planta etc. Están previstas además otra serie de actuaciones como la elección de cultivos y variedades más eficientes, demostraciones de Riego Deficitario Controlado (RDC), o la utilización de sensores de clima, suelo y cultivo.
LIFE NAdapta
El proyecto LIFE NAdapta tiene como objetivo la adaptación de Navarra a los efectos del Cambio Climático. Las medidas de adaptación se encuentran englobadas en 6 áreas estratégicas diferentes: agua, bosques, agricultura, salud, infraestructuras y planificación y monitorización. Es un proyecto con un presupuesto de 15,6 millones de euros que comenzó en 2017 con una duración de 8 años (2017-2025).
La adaptación al cambio climático en agricultura es un reto importante dado que el clima es uno de los factores productivos más importantes que condicionan el desarrollo de los cultivos y la ganadería. De este modo, el suelo agrícola, el agua, el material vegetal, la sanidad de cultivos y animales, están sujetos a las incidencias climáticas y son por tanto elementos clave de la Hoja de Ruta del Cambio Climático y del proyecto LIFE NAdapta.