Inicio Opinión A votar a pesar de todo, por Julián Marín Mencos

A votar a pesar de todo, por Julián Marín Mencos

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Como ha cambiado esto de las elecciones navarras, al menos en Tudela y la Ribera. En la capital es otra cosa puesto que los mítines son más multitudinarios y más extensos en el tiempo, los medios de comunicación acuden a los actos, a los aspirantes a gobernar les suelen acompañar y apoyar, al menos un día, los líderes nacionales…. Pero en Tudela, Tafalla, Estella y otras localidades más pequeñas, es otra cosa.

Durante estos días en estas localidades, en cualquier plaza o calle principal te puedes encontrar una furgoneta que estaciona y puedes ver cómo de ella, como por arte de magia, salen unas personas que montan un atril, una alfombra, cuatro sillas, un micrófono y un par de estandartes con el logo del partido en cuestión. Minutos después llega como de la nada el o la líder regional a veces en compañía del líder o de la líder local.

Esto es lo moderno ahora, nada de mítines multitudinarios en un cine, en un gran local, en las sedes de los partidos, en un hotel, como hace 25 años…las cosas van en este siglo XXI a toda prisa y los lideres tienen que estar en Tudela a las 9:00 horas, en Olite a las 10:20 horas y en Tafalla a las 11:45.

Y los mítines son de media hora máximo. Cuatro consignas, cuatro promesas, cuatro detalles de lo bien que lo han hecho o lo bien que lo van a hacer si gobiernan y poco más. El acto concluye con algún saludo a las treinta personas que se han acercado o que ya venían con el candidato y listos para recoger el circo. No hace falta profundizar, no hay preguntas, no hay apenas prensa o la cámara la llevan ellos mismos. Y corriendo a otra ciudad, pueblo o localidad navarra. ¡¡¡Que dura la vida del político!!! Al menos estas dos o tres semanas de campaña electoral.

Lo que no ha cambiado casi nada es la forma de conquistar votos. Los políticos siguen diciendo lo que creen que los habitantes de esa localidad quieren escuchar, da igual que en los cuatro años anteriores hayan gobernado y no hayan hecho nada de lo que prometen ahora. Da igual que los que ahora prometen solucionarlo, gobernaran hace más años y tampoco lo solucionaran en su día. En Tudela se promete que el Canal de Navarra se realizará sin demora, que el TAV tendrá estación en Tudela, que la autopista hacia la capital será gratuita, que habrá más infraestructuras para la Ribera, que se ampliarán las carreras en la Universidad, que se invertirá en el hospital, que habrá dinero para más dotaciones deportivas…lo de siempre. Y a nivel local ocurre otro tanto, los candidatos locales siguen con los temas que prometieron solucionar antaño y que siguen parados y vuelven a garantizar que se realizarán en esta legislatura.

Todos tienen por qué criticar al oponente y todos se vanaglorian de ser los adecuados para un cambio a mejor en estos cuatro años siguientes. Eso sí, cuando pasen estos días y tras conseguir el voto de los tudelanos y riberos, los políticos se irán y en cuatro años la Ribera y Tudela volverá a ser ignorada, los políticos solo aparecerán en las fiestas y las promesas dichas en campaña se retrasarán, no habrá presupuesto para cumplirlas y finalmente no se realizarán. Lo de siempre.

Y sin embargo y a pesar de todo hay que votar, tenemos que votar con la esperanza de que quizás un político, el que sea, cumpla la palabra dada estos días y solucione alguno de los muchos problemas que la Ribera lleva años sufriendo. Un político que vea la Ribera no solo como un caladero de votos en campaña electoral sino como una zona que hay que levantar, donde hay que invertir, que hay que mimar porque sus gentes, las que votan, lo merecen. Un político que observe que la Ribera es una zona olvidada año tras año, en inversiones, en infraestructuras, en dotaciones,… y comprenda que es necesario y justo cambiar esa dinámica.

Julián Marín Mencos