En el año 1.997 le fue otorgada a Pamplona la Carta de Capitalidad en la Comunidad Foral. Este documento supuso la reserva, por parte del Gobierno de Navarra, de una partida de su presupuesto para la capital navarra por motivos más que lógicos. Pamplona, como capital de su merindad, tenía que dar servicios de todo tipo a su cuenca y a otras localidades adyacentes y, debido a esto, era necesario sobredimensionarlos. Los centros de salud y centros educativos; las infraestructuras tanto deportivas como para organizar eventos de gran aforo; los centros cívicos; los accesos viarios a la ciudad y un sinfín de infraestructuras más necesitaban adecuarse, no sólo para los 200.000 habitantes de Pamplona, sino para los casi 350.000 de su cuenca. Para paliar este déficit en los servicios, se buscó esta fórmula que permitía dirigir el dinero necesario desde el Parlamento Navarro al Ayuntamiento Pamplonés, con la idea de poder extenderla más adelante a otras capitales de merindad navarras.
Han pasado más de veinte años desde esta concesión. Actualmente Pamplona recibe más de 24 millones de euros al año por parte del gobierno foral. Los navarros que la visitamos, sea por el motivo que sea, trabajo, salud, ocio… no podemos sino sentirnos orgullos al pasear por ella y cualquier persona de fuera siempre queda encantada. Ofrece al visitante un patrimonio bien conservado, un casco antiguo envidiable, centros educativos y sanitarios a la altura de las regiones más prósperas de Europa, calles limpias y cuidadas… son cosas que quedan patentes a simple vista.
Pero en todo este tiempo, es decir, 20 años después de aquel hito, vemos con tristeza que la capitalidad no ha sido concedida a ninguna otra ciudad de Navarra aunque, como en el caso de Tudela, se cumplan todos los requisitos para que le sea otorgada. Extrapolando el ejemplo de Pamplona a Tudela, además de ser la capital de la Merindad, la ciudad debe prestar servicios de todo tipo a La Ribera y su área de influencia, es decir, no sólo a su población de más de 35.000 habitantes sino a cerca de 150.000 personas del entorno. Por otro lado, nuestra ubicación geográfica, que nos distancia casi 100 kilómetros de la capital navarra, hace que no podamos disfrutar de sus servicios del mismo modo que otras localidades más cercanas.
Creo que, como yo, son muchos los que piensan que sería justo que se diera por tanto esta concesión a Tudela, ya que la Carta de Capitalidad supondría la llegada de alrededor de 5 millones de euros adicionales al presupuesto anual del Ayuntamiento, para su inversión en beneficio de toda La Ribera de Navarra.
Pero parece ser que este razonamiento no es compartido por todos ya que, en diciembre, partidos como Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda Ezquerra, grupos estos dos últimos que conforman el tripartito que gobierna en Tudela, votaron en contra, demostrando una vez más su desprecio total hacia esta zona de Navarra. Hay que recordar que ésta fue una de las promesas de Izquierda Ezquerra en Tudela en la campaña electoral de 2015. ¿De qué sirve prometer algo que sabes que tu formación no va a apoyar porque está absolutamente en contra?
Va siendo hora de lograr, en esta legislatura, la concesión de la capitalidad para Tudela, va siendo hora de que todos los riberos podamos empezar a disfrutar en nuestra capital de los servicios que tan buenos resultados están dando en Pamplona. Por eso, a la hora de votar, cuenta con el firme compromiso de Navarra Suma, tanto a nivel local como autonómico, para conceder esta Carta de Capitalidad a la capital ribera, frente a aquellos partidos que no quieren el desarrollo de la Ribera.
Alejandro Toquero, Candidato de Navarra Suma a la Alcaldía de Tudela