Mucho se habla en período electoral de todas las grandes promesas que cada partido presenta en su programa para Tudela. A todos nos gusta saber cuáles van a ser las inversiones que cada grupo político tiene en mente para la siguiente legislatura, muchas de ellas muy necesarias y demandadas. Pero todas las promesas tienen un coste, y este debe ser asumido por los contribuyentes, es decir, los ciudadanos de Tudela y el resto de Navarra. Cada cual, en su economía doméstica, sabe que para acometer un gasto debe haber un ingreso que lo respalde, y esto, transferido a la economía municipal, es exactamente lo mismo.
Hay dos formas básicas de que una administración obtenga ingresos: La primera se basa en subir los impuestos, tanto municipales como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), como autonómicos, IRPF o el Impuesto de Sociedades. La segunda proviene del aumento del consumo de bienes o servicios, ya que cuanto mayor gasto realizan las personas o empresas, mayores ingresos fiscales obtiene una administración.
El problema reside en que estas dos opciones son antagónicas, porque si subes los impuestos se reduce el consumo, y para aumentar el consumo hay que bajar los impuestos. Lo que hemos estado sufriendo durante esta legislatura en Navarra, y más concretamente en Tudela, ha sido la primera opción. En la capital ribera nos han incrementado el IBI; y en Navarra, entre otros, el IRPF y el Impuesto de Sociedades, que ahora mismo es el más alto de España. En consecuencia, se ha comprobado que en Navarra, una comunidad donde la industria tiene un peso en su PIB mucho mayor que la media nacional y en la que este sector ha sido el gran motor de prosperidad y empleo, al progreso empresarial se le está descuidando desde las instituciones públicas.
Por otro lado, en el horizonte nos aguarda una inminente ralentización global de la economía, ya que hay indicadores que muestran que el período de crecimiento puede tocar a su fin. La conjunción de ambos factores, alta carga impositiva y menos crecimiento, puede ser crítico para nuestra industria, a no ser que se dé un golpe de timón de cara al futuro más próximo.
Desde Navarra Suma creemos que, para volver a ser competitivos, los impuestos deben reducirse, para que las personas dispongan de más dinero y, de esta manera, se aumente el consumo. Además, tenemos que armonizar el Impuesto de Sociedades con las comunidades de nuestro entorno, buscando que nuestra industria esté en igualdad de condiciones fiscales y sea generadora de más riqueza y empleo para los navarros.
En lo que a nivel local se refiere, apostamos por desarrollar un Plan de Atracción de Empresas y Desarrollo Económico de forma conjunta con el Gobierno de Navarra, empresarios y sectores educativos, y que tenga como objetivo Tudela y su área de influencia. Dicho plan girará en torno a tres ejes estratégicos: la promoción económica y empresarial, para favorecer la implantación de empresas y mejorar su competitividad; el conocimiento, investigación e innovación, para fortalecer la vinculación del tejido empresarial y académico, fomentar el I+D+i y retener el talento; y la mejora de las infraestructuras de transporte, agua y telecomunicaciones.
En Navarra Suma nos hemos propuesto crear en Tudela una Ventanilla Única para Empresas, que conseguirá que los trámites burocráticos dejen de ser un problema para crear nuevos negocios. Además, reduciremos los trámites y requisitos para obtener subvenciones por creación de empleo, nuevas inversiones y nuevas tecnologías.
Hay más problemas que resolver en este ámbito, ya que, por ejemplo, en Tudela hay jóvenes con mucho talento que, por cuestiones laborales, han tenido que emigrar a otras comunidades o países. Vamos a contactar con ellos y nos preocuparemos por su futuro. Les facilitaremos su vuelta si así lo desean, para que desempeñen su carrera profesional en la capital ribera, ya sea como empleados de una empresa o apoyándolos para que sean capaces de crear la suya propia. No nos podemos permitir que todo ese talento se vaya sin intentar retenerlo.
En conclusión, consideramos que la industria y las empresas de Tudela y la Ribera tienen futuro, pero es el momento de darles un nuevo impulso, de que se creen más y de lograr que las que ya están, sean mayores. Debemos conseguir que se genere empleo y riqueza para que, por un lado, los que se han ido fuera tengan más facilidades para regresar y, por otro, para que los que nos hemos quedado no tengamos la necesidad de irnos. Porque Navarra Suma también con ellos y con nosotros.
Por Carlos Aguado. Ingeniero y miembro de la lista NA+ Tudela