[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″]El Aspil-Vidal Ribera Navarra dio una exhibición primorosa sobre la pista azul y goleó por 7-2, aunque el marcador bien pudo ser más abultado, al actual campeón de Europa, Inter Movistar. Fue un triunfo coral tan portentoso que sólo tuvo un nombre propio, el del Ribera Navarra FS, y trajo consigo muchos significados. El primero y principal, que el Ribera logró su clasificación matemática una temporada más para el playoff. El segundo, que los naranjas, aupados por una afición que volvió a ser uno más en la pista y que ayudó a los Riberos a que toda la Caldera acabara extasiada, vencieron por primera vez a la más negra de sus bestias después de que los 19 encuentros anteriores estuvieran repletos de sinsabores. Y el tercero y definitivo, que con los siete tantos el Ribera alcanzó los 104 esta temporada y logró batir su mejor registro histórico (el anterior era de 101 en la temporada 2014/15).
Los 40 minutos fueron una obra de arte de un grupo de chavales que juega como los ángeles al son de los dictados de ‘Pato’, el director de una orquesta que cada día suena mejor y que, sin embargo, comenzó ‘desafinada’. No obstante, fue así, únicamente, porque Inter se adelantó en el minuto seis tras un disparo de Daniel a la salida de un córner. Era la primera llegada peligrosa en un choque en cuyo inicio ambos habían mostrado sus respetos al oponente, unas precauciones que este tanto evaporó.
Y es que el Fútbol Sala, como Vadano dijo del deporte que se juega sobre el verde, es un estado de ánimo, y el Aspil lo tiene por las nubes. Tanto que, apenas 30 segundos después de encajar, Javivi empató enviando a la escuadra un servicio de Pazos en una jugada de estrategia.
Con este tanto, los Riberos, concentrados e intensos al máximo, empezaron a carburar una máquina que fue amenazando con el segundo hasta que llegó a cuatro minutos del descanso. Fue obra de Ferran, pero el protagonista fue de Lemine, que no se asusta ante nadie y decidió que cabía ante dos rivales de Inter y, tras dejarlos atrás con una extraordinaria maniobra, le cedió el tanto en bandeja al catalán.
Este tanto hacía justicia, y Sepe estuvo muy cerca de aumentar la renta antes del descanso, pero el choque se fue a vestuarios con 2-1.
Vendaval naranja en la reanudación
Si el nivel de la primera parte fue muy alto, el de la segunda fue excepcional y dejó sin respuestas a Inter, que encajó tres goles en tres minutos. El primero fue de Lemine, que se guisó y se comió el 3-1 en una contra tras un robo de Tripodi, que lo peleó todo hasta el final. Un tanto que significó el 100 de esta temporada en la LNFS.
Apenas un minuto después, Sergio anotó el cuarto a pase de Javivi; y, otro minuto después, fue Tripodi el que, de volea tras un córner, anotó el quinto para llevar al delirio a una Caldera que hacía la ola.
Tras el vendaval, la calma volvió a la pista, con un claro 5-1 para los naranjas, que seguían al 100% y sin dar concesiones al rival, que estaba superado y sufría muchísimo en cada jugada de ataque de los naranjas, que estaban desatados y anotaron el sexto, en el 31, por mediación de Pazos tras una gran jugada de Tripodi; y el séptimo, en el 33, por mediación de Javivi desde el doble penalti.
Para entonces, el partido ya estaba resuelto, pero Gus, que rindió a un grandísimo nivel, quiso continuar dejando su impronta deteniendo un doble penalti a Ricardinho, que tampoco pudo batir al de Lillo en el acrobático remate tras el rebote, que acabó en córner. En el mismo, el portugués sí que pudo batir al toledano, al que felicitó por la doble intervención anterior.
De ahí hasta el final, la grada no paró. Cuando el reloj se puso a cero, tampoco. Entonces llegaron los saltos, los abrazos, las sonrisas… esa alegría desbordada, esa pasión sin la cual la vida no sería lo mismo.[/ihc-hide-content]