Sebastião Salgado y Lélia Wanick ante una de las obras que pueden verse en la Casa del Almirante de Tudela
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Sebastião Salgado ha protagonizado la apertura al público de «Exodos», una valiosísima muestra que resume varios años de trabajo en los que el fotógrafo brasileño puso su objetivo sobre las migraciones a lo largo de todo el planeta.

La colección llena por completo la Casa del Almirante con 180 imágenes que invitan al espectador a la reflexión y preguntarse por los motivos que cada año mueven a millones de personas a abandonar sus hogares. Las imágenes fueron captadas por el fotógrafo en la década de los 90 pero su contenido y denuncia es completamente actual casi 30 años después. Son imágenes impactantes, abiertas a la interpretación de los millones de historias que viven los migrantes que, como ha reconocido el alcalde de Tudela en la apertura de la muestra, «hacen que nos miremos al espejo y preguntarnos que estamos haciendo con nuestras vidas y con el planeta y que nos llega en un momento en el que parece estar de moda levantar muros».

«Éxodos» es una colección especialmente mimada por la familia Salgado. Sebastião dedicó 8 años a captar miles de fotografías para retratar las historia que se ha encargado de comisariar su esposa, Lélia Wanick, en cinco partes diferenciadas.

La primera dedicada a los migrantes que salen de su hogar y su país por diversos motivos. La pobreza, las guerras y el hambre y que intentan tener una vida mejor. Son las historias de latinoamericanos que se dirigen a Estados Unidos, los africanos que buscan una esperanza en Europa o los que huyen del conflicto de los Balcanes. La segunda parte está protagonizada por África, un continente inmenso y desconocido con múltiples problemáticas. El éxodo rural de América Latina y Asia son el foco de atención de Salgado en la tercera y cuarta parte de la muestra a la que pone punto final la infancia, los niños y niñas que acompañan a sus padres y madres en la búsqueda de una vida mejor o que viven en campos de refugiados.  «Hoy vivimos los mismos problemas que hace 20 años y quizás peor», lamentaba Wanick.

Salgado: «No podemos juzgar la realidad del planeta a partir de la excepción»

Las impactantes imágenes que ofrece la Casa del Almirante y que el público podrá admirar hasta el día 26 de mayo quedaron eclipsadas por la presencia del propio Sebastião Salgado que ofreció al numeroso público que asistió al acto de apertura una lección de vida, humanismo, ecologismo, tolerancia, empatía y denuncia social además de permitir disfrutar de un trabajo único a través de sus fotografías.

Salgado explicó que la muestra pretende reflejar uno de los «sufrimientos que padece la humanidad». También reconoció que no se trata de un trabajo objetivo, «yo fotografío con mi herencia y con mi ideología, pero cuentan parte de una historia que nos está tocando vivir y sobre todo son reflejo de una sociedad, nuestra sociedad, somos nosotros».

También llamó la atención sobre la excepcionalidad que vive la sociedad occidental respecto a las historias que se relatan en «Éxodos». «Estas fotografías son la realidad del mundo, la excepción es lo que tenemos aquí. Europa son apenas 300 millones de habitantes frente a los 1.300 miles de millones de habitantes de la India, así que no podemos juzgar la realidad del planeta a partir de la excepción», sentenció Salgado.

«Nos hemos vuelto urbanos y hemos perdido nuestro instinto animal y de supervivencia»

El fotógrafo fue muy crítico con el papel de la humanidad. Reconoció que enfermó tras este trabajo y huyó de la civilización para aproximarse a la naturaleza. «Nuestra especie no tiene derecho a sobrevivir. Somos un animal constructor fabuloso pero también terrible capaz de destruir la naturaleza, la única máquina capar de producir la vida», lamentó. «He pasado horas mirando al planeta y he visto que el ser humano también es naturaleza, pero que la única especie evolucionada está destinada a desaparecer y que posiblemente no tengamos derecho a ir más lejos. Nos hemos convertido en un ser extraterreste. Nos hemos vuelto urbanos y hemos salido del planeta. Hoy muchos niños no han visto o tocado a una gallina. El ser humano ha perdido el instinto de supervivencia, nuestro instinto animal».

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