El perdón se paga con la derrota. Así le ha ocurrido al Aspil-Vidal Ribera Navarra FS, que ha encajado una durísima derrota por 5-4 ante un O’Parrulo Ferrol que se jugaba la vida en un choque que ganaba y dominaba por 1-4 a falta de 10 minutos. Después llegó la tempestad que acabó con la derrota, difícil de explicar, pero más dura por las formas que por el fondo, ya que los naranjas siguen octavos después de que sus ‘compañeros’ de viaje más próximos en la pelea por el playoff tampoco pudieran sumar. Todo sigue igual, pero también duele esa oportunidad desaprovechada de haber podido abrir brecha.
El inicio fue como el de la Copa. El Aspil quería la pelota, pero eran los gallegos los que ponían las llegadas, sin demasiado peligro hasta un remate de Rubi a bocajarro ante el que respondió muy bien Sergi bajo palos. A pesar de tener más balón, el inicio del Ribera fue algo frío pero, con el paso de los minutos, se fue calentando y cogiendo el dominio real, no sólo del balón, infructuoso hasta el momento. Las ocasiones, al principio, no llegaban, pero el equipo seguía creciendo con el paso de los minutos, y lo hizo todavía más cuando se superó el ecuador de la primera mitad, cuando encontró el primer gol.
Lo hizo, tal vez, en la primera ocasión en la que pudo mover el balón con fluidez. Sepe dirigía por el centro cuando envió un balón al flanco derecho del ataque para que David enviara un preciso servicio al segundo palo, donde apareció Sergio González para adelantar a los riberos. La ventaja, como ocurre a veces en este deporte, fue efímera. Poco más de 60 segundos tardó O’Parrulo en lograr la igualada en una jugada de estrategia por mediación de Rubi, ex del Ribera. No obstante, si efímera fue la ventaja naranja, aún más volatil fue el empate, ya que, a los 40 segundos, Pedro robó un balón en la medular y se lo envió a Pazos, que devolvió la ventaja al Aspil-Vidal.
Quedaban ocho minutos para el descanso, pero el marcador ya no se movió. No lo hizo porque O’Parrulo no anduvo acertado tras una polémica cesión señalada al Ribera a falta de seis minutos y, también, porque la espesura y la falta de fluidez reinaron en ambos equipos, que tal vez velaron armas para los segundos 20 minutos, de ahí hasta el descanso.
Remontada de O’Parrulo
A la vuelta de vestuarios, la segunda parte transcurría como acabó la primera, entre la espesura y la falta de ideas de ambos equipos, que no encontraban el camino hacia la portería contraria.
Y así pasaron los primeros seis minutos, hasta que el Aspil-Vidal volvió a asestar dos golpes a los gallegos en apenas medio minuto. Ambos llevaron la misma firma, la de David Pazos, que anotó el 1-3 tras un preciso servicio de Ferran al segundo palo para culminar una trancisión iniciada por Lemine; y, apenas 30 segundos después, metió el 1-4 tras un pase de Lucas en una cesión.
El partido se le ponía muy de cara a los naranjas, pero quedaba mucho y O’Parrulo, que se jugaba muchísimo, sacó a Attos como portero jugador, una decisión que cambió el partido. No lo hizo en los primeros cinco minutos, en los que el Aspil, además de vencer, convencía y dominaba. O’Parrulo no había tenido ninguna oportunidad de acortar distancias Al contrario, era el Aspil el que disfrutaba de varios robos para ampliar la ventaja que no logró concretar y, cuando empezaba a estar cerca de rendirse, encontró la ilusión y la energía que le fue ‘chupando’ al Aspil, que se desvaneció ya acabó claudicando.
Primero Attos, al segundo palo, acortó distancias a falta de menos de 10 minutos. Deepués fue Rubi, que aprovechó un mal despeje de Sergi, el que puso el 3-4 apenas dos minutos después. Todavía quedaba mucho, y pronto Moreno logró la igualada, de nuevo, al segundo palo. El equipo se había ido del partido y, pese a que Sepe se vistió de portero jugador y el primer ataque no fue malo, una pérdida condenó a los riberos, que encajaron el quinto por mediación de Rubi cuando todavía quedaban 3:21 para el final.
Todavía había tiempo de remediar el asunto, pero no fue así y el Ribera volvió a cosechar una nueva derrota mucho tiempo después. El próximo sábado, ante Santa Coloma, los riberos tendrán la revancha.