Somos tres vecinas de Tudela , socias durante años de las instalaciones municipales deportivas y participantes en las actividades programadas en la “Sociedad Deportiva Ribotas”.
Después de tres años asistiendo a clases de “zumba”, el pasado mes de septiembre iniciamos un nuevo curso en un grupo de veinticinco personas y en el que algunas no pudieron apuntarse porque era el máximo permitido. En el mes de noviembre nuestra monitora coge la baja por enfermedad y nos cambian en repetidas ocasiones de monitora, incluso se anulan las clases sin previo aviso hasta en cuatro ocasiones.
En enero se vuelve a ofertar el curso y nos matriculamos de nuevo. Sale un grupo de diez personas en “Ribotas” y otro parecido en “Ciudad de Tudela”, ya que varias personas esperan a apuntarse hasta ver si sale o no adelante el curso y en qué condiciones. El primer día de clase no se presenta monitora alguna y las conserjes de las instalaciones no son capaces de dar respuesta a nuestras preguntas de si va a haber clase o no, porque no disponen de esa información. A la semana siguiente se nos comunica que no se puede ofertar clase de “zumba” por falta de monitora, así que intentamos apuntarnos en “Ciudad de Tudela” y tampoco se nos permite porque nos dicen que ya no hay grupo. Intentamos entonces apuntarnos a “GAP” y tampoco podemos, aunque desconocemos si es por no haber grupo o monitora. Buscando una actividad similar, intentamos apuntarnos a “Aerogym”, pero tampoco podemos porque no existen clases después de las seis de la tarde.
Este trimestre se han suspendido tres actividades deportivas de las ofertadas por el ayuntamiento, aun habiendo suficiente demanda
En resumen, este trimestre se han suspendido tres actividades deportivas de las ofertadas por el ayuntamiento, aun habiendo suficiente demanda. Es evidente que el ayuntamiento está ofertando un servicio subcontratado a una empresa que parece que antepone su rentabilidad económica a las necesidades de l@s contribuyentes de Tudela, como es su obligación por el compromiso que adquieren con el ayuntamiento cuando aceptan la subcontrata. Sospechamos que la falta de monitoras dispuestas a trabajar con ganas y entusiasmo en actividades deportivas, como las que hemos conocido durante estos años, responde a unas condiciones laborales y retributivas muy alejadas de las adecuadas.
El ayuntamiento tiene que responsabilizarse de sus funciones y obligaciones, como es la de facilitar a los ciudadanos y ciudadanas de Tudela la práctica del deporte, y no eximirse de responsabilidades delegando en una empresa que él mismo contrata y no cumple con su deber.
A.Ugarte, A.Rodríguez y L.Cordón