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El relato «De fondo, Madrid», de Bruno Pérez Gárate, alumno del colegio Anunciata de Tudela, ha sido incluido entre los 25 trabajos más destacados del I Concurso de Microrrelatos de la Red de Juderías de España que ha tenido su inspiración en las vivencias de Ana Frank.
Bruno Pérez ha recogido el libro en el que se incluye su microrrelato de manos del primer teniente de alcaldía, José Ángel de Andrés, en un acto que ha tenido lugar en el salón de plenos del ayuntamiento de Tudela. En este mismo acto se ha reconocido con un diploma a las profesoras Charo Angós, de la Compañía de María, Begoña Martínez, de la Anunciata, y Mariví Pérez, Directora del Colegio Elvira España, por el impulso que han dado en sus centros a este concurso literario.
“De fondo, Madrid”
“ -No… no… no… otra vez no…- decía adormilado sin conciencia en mis palabras- ¿Por qué otra vez?…
Estoy envuelto otra vez en la misma pesadilla que siempre. Una pesadilla cruel y terrible, como lo son estos tiempos aquí en Berlín, duros, pero reales. Me volvía a encontrar en mi habitación solo escuchando el silencio, lo normal después de los bombardeos, esperaba que llegara alguna noticia de Son, mi mejor amigo. En aquellos tiempos era muy común entre las familias de los comandantes el permitirse lujos como el teléfono y en mi casa no faltaban.
Me extrañaba que no hubiera llamado ya, Son era muy sociable no muy común en esta época porque no puedes fiarte de nadie. Inesperadamente se abrió la puerta de casa. Era mi padre que llegada de un “ataque con éxito” a Gran Bretaña presidida por el ministro Sir Winston Churchill. Llegaba con rostro serio, más de lo normal. Un silencio inquieto presidía la mesa, nunca le preguntaba acerca de su trabajo pero esta vez se le veía especialmente serio… Hasta que mi madre una vez terminada la cena se decidió por preguntarle a mi padre que sí, ¿todo bien? Mi padre se aseguró de que yo estuviera en la cama para responder. Me seguí preguntando que por que Son no habría llamado. Entonces mi padre contestó –Ha habido un nuevo despliegue contra los judíos…estoy prácticamente seguro de que la familia de Son no ha sobrevivido.-
Por suerte o por desgracia lo escuché.
Esa noche no dormí en casa, decidí fugarme. Fui corriendo hacia la casa de mi mejor amigo, o lo que quedaba de ella. Era todo ceniza ya que los nazis se encargaron de que no quedara nada. Entonces algo me tocó el hombro… ¡Era Son! No me lo podía creer, las lágrimas corrían por mis mejillas y su gesto aunque inexistente, profundo. Era el peor escenario que una persona podía tener para despedir a sus padres. Los dos sabíamos que tarde o temprano lo detendrían y se lo llevarían y decidimos huir.
En ese momento me desperté debido al “chaquetreo” del tren de mercancías. De fondo… Madrid”.
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