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El edificio del Molinar, antigua sede de la Policía Municipal, ha reabierto sus puertas como nuevo centro cívico de Tudela. Tras una adecuación en la que se han invertido 94.474 euros, el nuevo equipamiento municipal cuenta con cerca de 1.000 metros cuadrados de instalaciones repartidas entre un salón de actos, un aula polivalente, 2 despachos y 6 aulas de distintos tamaños.
Las primeras asociaciones en disfrutar del nuevo centro cívico son aquellas entidades que han tenido que salir del centro cívico Lestonnac como consecuencia de las obras de rehabilitación que se van a realizar en este edificio. De este modo las actividades semanales de Retina Navarra, ONCE, la Unión de Radioaficionados de la Ribera, el Centro de Estudios Merindad de Tudela, Ecologistas en Acción, la Asociación fotográfica Tudelana, la Asociación Navarra de Autismo y la Asociación Música y Canto, ya se han trasladado al Molinar.
Con ellas, explicaba la concejal de Centros Cívicos, Silvia Cepas, llegan otros colectivos que han mostrado su interés en utilizar el nuevo edificio de manera puntual para sus actividades, como Dantzak, Kizomba, Sevillanas, Berriztu o Crysalis.
Asociaciones con sede permanente
Los colectivos que llegan para quedarse en Lestonnac son los Huertos Sociales, el Colectivo Helianto, Máscotas Verdes, la Escuela de Sostenibilidad y Recicleta Ribera. Asociaciones, ha reseñado la responsable del área de Medio Ambiente del ayuntamiento de Tudela, Olga Risueño, que convergen con el objetivo de esta reapertura de El Molinar, «albergar a aquellas asociaciones que tengan que ver con la sostenibilidad y el Medio Ambiente».
El objetivo a medio plazo, ha avanzado la edil, es que El Molinar se convierta en un centro medioambiental, aprovechando su cercanía al Ebro, y un centro de interpretación de la Mejana, donde se ponga en valor una parte fundamental de la historia de Tudela. «No nos podemos permitir el lujo de que la Mejana se abandone. Debemos ser capaces de recuperarlo. Es complicado que vuelva a ser lo que fue, pero podemos poner en valor la hortelanía, la agricultura cercana, de temporada, el producto ecológico, y defender algo tan nuestro que nos ha hecho ser lo que somos. Queremos que El Molinar sea un sitio al que acudir y compartir, participar en talleres de ocio, infancia, ecología, en el que convivan las asociaciones que tienen que ver con la sostenibilidad y que su trabajo pueda generar ideas».
Por su parte, el alcalde de la ciudad, Eneko Larrarte, ha puesto la intervención de El Molinar como ejemplo de la ciudad que queremos. «No es un edificio nuevo, es un edificio rehabilitado para un nuevo concepto, que trabaja por la ciudad ya construida, que recupera edificios y espacios públicos abandonados y que no podemos permitirnos el lujo de dejar cuando están, además, en sitios tan singulares».
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