José Ignacio Larragueta Turrillas tiene 41 años, es de Zubiri y llegó a Cortes el 17 de Julio de 2016 para ejercer su labor pastoral al frente de la parroquia San Juan Bautista. En estos dos años ha sentido el calor y el cariño de los vecinos, se siente totalmente integrado y ya está preparado para vivir con intensidad el día grande de las fiestas de San Miguel.
José Ignacio, ¿Qué pasó por tu cabeza cuando el Arzobispo te dijo que tenías que ir a Cortes?
Viniendo de donde vengo lo primero que piensas es: Uff. Qué lejos. Pero al mismo tiempo pensé en una etapa de mi vida en la que ya pasé por la Ribera, y fue una etapa para mí fuera de serie. Así que dije: la gente de Cortes tiene derecho a un cura que les quiera, les sirva, les atienda y les comprenda, y esa función me toca a mí. Y fue el inicio de una preciosa aventura.
¿Y cómo viviste tus primeros días en esta parroquia?
La verdad es que venir en verano, bastante antes de las fiestas y del inicio del curso, te da tiempo a asimilar todo muy serenamente. En otras ocasiones me había incorporado a la nueva parroquia prácticamente cuando arrancan las catequesis, y no hay mucho tiempo para pensar. En esta ocasión, venir en Julio me permitió ir conociendo a la parroquia y a sus gentes con sosiego y en paz. Y la gente se prestó a que todo fuese muy fácil.
¿Qué balance haces de este tiempo entre los cortesinos?
Ha sido para mí un tiempo de conocimiento, de crecimiento y de gran valor. Entrar en la idiosincrasia del pueblo, conocer lo que se piensa y se respira por aquí, tratar de percibir las inquietudes y las esperanzas de este pueblo ha sido para mí algo gratificante. Era algo desconocido para mí, y te encuentras con una enorme riqueza humana, social y cultural. Cuanto de bueno vas recibiendo muchas veces sin darte cuenta.
¿Es una parroquia fácil o difícil?
Hoy en día, después de haber pasado por varios lugares, te das cuenta que no se puede clasificar a las parroquias como fáciles o difíciles. Cada una tiene lo suyo. Y hace falta cura en todas. En esta parroquia he percibido conciencia de parroquia, colaboración, años de mucho y muy buen trabajo, y eso es algo gratificante y estimulante.
Al mismo tiempo, siempre hay retos, y hay que mirar hacia delante tratando de llevar a cada persona al encuentro vivo, real, con Jesucristo.
¿En qué has basado tu trabajo con los feligreses en este tiempo?
Como acabo de indicar, lo prioritario es acercarnos a Jesús y vivir desde El, y por tanto considero que mi misión es mostrar siempre a los demás, en cada actividad y encuentro que tengo, tanto con niños como con adultos y mayores, que la manera más plena de vivir es siendo verdaderos seguidores e imitadores de Jesús. Creo que además esto es lo que la gente espera de su cura, todo realizado desde un buen talante, con simpatía y buen hacer.
Ojalá realice siempre esta labor y de esta manera con fidelidad.
¿Encuentras colaboración para ejercer tu misión?
Afortunadamente hay bastante gente que desde hace mucho tiempo vive con gran finura y entrega labores de servicio y dedicación a su parroquia. Y todo, como solemos decir, por amor al arte. Sólo Dios sabe las horas que meten tantas personas para que todo funcione bien. Hay mucha gente entregadísima y eso también enseña. Por lo menos a mí.
¿Cuáles son tus proyectos a corto, medio y largo plazo?
Como la misión que tiene la parroquia es la de vivir y anunciar el Evangelio, cualquier proyecto debe ir encaminado a llevar a cabo esa misión. Así lo entiendo yo. Por tanto, lo que pueda realizar yo, desde la sencillez, será mostrar, en mi entrega, con mi palabra y en el ejercicio de la caridad, el gran tesoro que es vivir desde la fe cristiana.
Cuántos cortesinos y cortesinas vivieron con fidelidad este gran tesoro de la fe y este es el gran legado que nos dejaron.
San Miguel y San Juan
¿Cómo vives las fiestas de San Miguel y San Juan?
Las vivo con agrado y disfrutando como un cortesino más. Son momentos deseados por la gente, y todo el mundo vive con orgullo ese acercamiento a los patronos. Son días preciosos. Y cuánta gente se prepara para que todos los actos salgan bien. Es muy bonito y enriquecedor ver que hay presente y futuro, ya que la gente es muy amiga de potenciar, vivir y transmitir las buenas tradiciones que se han heredado.
En este tiempo he descubierto, por ejemplo, la belleza y el arte del paloteado. Es algo muy querido y esperado por todos. Y no me extraña.
¿Qué percibes entre los vecinos y el Santo Cristo de la Buena Muerte?
Quizás sea lo que más me ha sorprendido de estos dos años que llevo en Cortes. He comprobado que a lo largo de absolutamente todo el año muchísima gente se acerca ante la imponente y maravillosa talla del Santo Cristo y ahí cada uno hace su plegaria. Es muy bonito. A mí me da que pensar. Y me ayuda.
Al mismo tiempo la vivencia del 3 de Mayo en Cortes es inolvidable. Lo que sucede ese día para mí es una de las mejores experiencias que he vivido como cura de Cortes.
¿Te sientes querido por los cortesinos?
Eso se nota y se respira. La gente quiere a su cura, la gente quiere que te encuentres a gusto entre todos ellos. La gente transmite cariño de muchas maneras. Eso facilita mucho las cosas. Y manifiesta la actitud de acogida y apertura de la gente de aquí. En este sentido tengo mucho que agradecer.