La gente más joven es una innovadora del lenguaje por antonomasia. Palabras más o menos acertadas y atrevidas que hacen suyas y luego, con algo de suerte, llegan a ser masivas. Parecido le está sucediendo a este Gobierno de Navarra y a quien lo sustenta. Cada cierto tiempo nos desayunamos frases muy poco afortunadas y casi siempre referidas a algún aspecto que tiene que ver con Tudela y la Ribera. Todos recordamos a la parlamentaria de Bildu, Miren Aranoa, cuando para dejar claro el porqué de dar 200.000 euros al auditorio de Barañáin, localidad gobernada por Bildu, en lugar de para el teatro Gaztambide de Tudela, su mejor respuesta fue “es lo que hay”. La indignación en Tudela corrió como la pólvora. Creo que aún sigue.
Al tiempo y mientras en Pamplona intentaban decir que la Ribera es esencial para el desarrollo de Navarra, hicieron hasta un monográfico en el Parlamento sobre nuestra comarca para que escucháramos lo importantes que somos, nos aparece el rector de la Universidad Pública de Navarra y les tira por tierra todo su mensaje de bonitas palabras. El señor Alfonso Carlosena afirmó, todo ancho, que era “una locura” plantear nuevos grados en el campus de la capital ribera dada la escasa demanda existente. A los pocos días este señor no solo no se retractó de sus palabras sino que volvió a ratificarse insistiendo en no llevar nuevas carreras porque “no hay que dilapidar fondos públicos».
Eso sí en la misma intervención presumió y asumió que la UPNA era un verdadero agente de desarrollo regional. Pues perdone que le diga pero no es así. Será un agente de desarrollo de Pamplona pero no diga regional porque falta a la verdad. Si fuera de toda Navarra apostaría y trabajaría por hacer mucho más llamativo el recinto de Tudela y llenarlo de vida y futuro. ¿No se da cuenta que este campus pide a gritos algo relacionado con la agroalimentación? Creo que si el actual rector no está capacitado para asumir el reto de que la Universidad debe ser ente vertebrador para el desarrollo económico y social de toda Navarra, no solo de su capital, debería dejar paso a otro con más aptitud.
Por último, eso espero, nos aparece el consejero de Salud, Fernando Domínguez, y tras la errónea gestión de comunicación sobre el fallecimiento por legionela de una persona en el Hospital Reina Sofía, sale a la palestra con que “son cosas que pasan”. Eso sí, ningún “mea culpa” de su departamento. Ni en Tudela ni en Pamplona. Por lo visto deben ver normal que tanto los familiares del fallecido, como el resto de pacientes, los trabajadores y la población local se enteraran por la prensa de este hecho. La sorpresa es el factor más peligroso en la mayoría de las crisis y aquí la hemos tenido mayúscula. Un poco de autocrítica no hubiera estado del todo mal.
En definitiva, palabras desafortunadas que no ayudan en absoluto a mitigar las diferencias existentes entre el norte y el sur de nuestra comunidad foral. Igual sería mejor dejar de hablar menos de Tudela y la Ribera y demostrar con hechos su apuesta decidida por esta zona. Una última cosa, si deciden hacer, que no sea por la vía de la imposición que eso tampoco agrada por aquí, pero esto ya da para otro relato.
Alejandro Toquero
@alextoquero