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Imanol Cuairán Añanos recibirá el homenaje del Club Deportivo Cortes el próximo sábado 24 de febrero, antes del derbi de Tercera División frente al C.A. Cirbonero (16 horas), en reconocimiento a las 23 temporadas que defendió la camiseta del equipo rojillo. Cuairán, que tiene 34 años, se retiró al finalizar la pasada campaña y en el equipo de su pueblo ha vivido los ascensos a Regional Preferente, Tercera División y dos promociones de ascenso a Segunda División B, en las temporadas 2012-2013 y 2016-2017.
LA VOZ entrevistó a IManol Cuairán en mayo de 2004 y, a sus 20 años, ya tenía las cosas muy claras. Reproducimos a continuación la entrevista que le hicimos en la que explicaba perfectamente cómo ha vivido este deporte.
Para el cortesino Imanol Cuairán Añaños, de 19 años de edad (02-07-1984), hablar del fútbol y más en concreto del C.D. Cortes, es hablar del deporte más apasionante de su vida. En el conjunto rojillo lo ha hecho todo y, por este motivo, se expresa como un libro abierto. Y en sus páginas quiere escribir un capítulo especial: el ascenso del Cortes a la Regional Preferente.
¿Cuándo fue la primera vez que empezaste a darle patadas a un balón?
En el corral de mi abuela Anunciación. Estaba jugando con mi padre, Santiago, con un balón de color naranja de plástico.
¿A partir de entonces tu vida ha girado en torno a un balón?
Así es. Desde pequeñico me ha gustado mucho y hasta ahora.
¿Qué representa para ti este objeto?
Muchas cosas; alegrías y recuerdos.
¿Recuerdas la primera vez que jugaste con la camiseta del Cortes?
En la escuela nos llamaron para ver en qué posiciones queríamos jugar. Me parece que lo primero que dije fue que quería ser portero. No estoy seguro.
¿Serías benjamín?
Así es. Entrenábamos los domingos por la mañana en el polideportivo.
¿Y a partir de entonces comenzó tu trayectoria deportiva pasando por todas las categorías?
En Regional Preferente llegué a jugar dos partidos el año en el que se descendió.
¿Recuerdas a todos los entrenadores que has tenido?
En el polideportivo eran Carmelo y después Juanjo Cerdán, Pedro Cerdán, Juanjo Alonso, Biribiri, Víctor, Oscar Villafranca y Violeta el año de la Preferente.
¿Con quién has aprendido más?
Con Pedro porque es con el que más años llevo, pero con el que mejor me lo he pasado es con Juanjo Alonso porque es un tío legal, cachondo y te lo pasas muy bien con su forma de entrenar.
¿Siempre has jugado en la media?
No. También lo he hecho de libre o de central y en alevines de interior, medio, lateral.
¿Qué te ha enseñado este deporte?
A llevarme bien con la gente, a pasar buenos y malos momentos. Ha habido de todo un poco.
SI TE GUSTA EL FÚTBOL NO ES SACRIFICADO ACUDIR A ENTRENAR
¿Es sacrificado venir a entrenar, jugar y arriesgarse a las lesiones?
No, si te gusta este deporte. Este año he jugado menos porque estoy trabajando y salgo tarde.
¿Cómo recuerdas tus primeros años como jugador?
El primer partido lo jugamos en Buñuel, pero no recuerdo muchas más cosas. Como era el primer partido teníamos mucha ilusión y nos poníamos locos perdidos. Íbamos por todos los sitios sin saber dónde íbamos.
¿Habrás hecho multitud de amigos por todos los sitios?
Claro. Además me relaciono con todo el mundo y en cada sitio conozco a gente.
¿Cómo has ido evolucionando personal y deportivamente en estos años?
En los primeros años el Cortes estaba en Tercera y me ilusionaba jugar en esta categoría. De momento no ha podido ser pero quién sabe si algún día lo conseguiré.
¿Jugaste con la selección de la ribera infantil?
Jugamos en el Estadio Elola de Tudela contra Ribera Alta.
¿Tu principal virtud es el potencial físico?
Sí y el remate de cabeza por alto, también.
De los compañeros también se aprende mucho, ¿quién es el que más te ha enseñado?
Ahora Bona, que es con quien mejor me llevo, además de Oscar e Iñaki.
¿Cómo se está viviendo la Copa Federación?
Bien, algunos días hay nervios, pero en general bien. Además se puede conseguir el ascenso.
La juerga te gusta mucho, ¿te esfuerzas para estar bien físicamente a la hora de jugar?
Jugamos en sábado, pero si se juega en domingo la solución es salir el viernes y ya está. Es sacrificado según cómo se mire. Estoy trabajando toda la semana y estoy deseando de que llegue el fin de semana y desvarío un poco.
¿Qué destacarías de la plantilla de los últimos años?
Que somos sinceros unos con otros y somos realmente amigos.
¿Os sentís maltratados por la afición?
Según los días. La gente ve que hay plantilla para ascender y, cuando no van bien las cosas, se enfadan. Es normal.
¿Cómo has ido evolucionando sobre el terreno de juego?
Empecé jugando bien de medio y después me pasaron atrás. En Infantiles y Cadetes jugué atrás hasta que me han puesto de medio y, de momento, no me toca nadie.
¿Cómo estás viendo la Copa Federación?
Nuestro grupo es el más difícil porque hemos estado los tres equipos ahí.
¿Qué supondría el ascenso a Preferente?
Mucha alegría, digo yo. Si se gana coincidirá con fiestas de Cortes y… fíjate.
¿Pero hay plantilla para afrontar el salto de categoría?
Sí y más tras los refuerzos que se han hecho con Pablo y Carlos Segura.
¿Quién es el capitán de este barco y la principal referencia?
Bona, sin lugar a dudas, al menos para mí.
¿Qué significa Bona para ti a nivel deportivo y humano?
Es una máquina. Es el que más lucha, el que más aguanta. Es una pasada de tío.
¿Te quita el fútbol el sueño?
En Alevines cuando fuimos a jugar contra el Buñuel no pegué ojo en toda la noche. Habíamos quedado a las 10 de la mañana y a las 7 de la mañana ya estaba despierto.
LAS LESIONES ME HAN IMPEDIDO JUGAR MAS A MENUDO
¿Cuál es la lesión más grave que has sufrido?
Un pinzamiento en la rodilla, pero lo normal han sido esguinces y problemas con los abductores.
El fútbol te lo tomas muy en serio pero también tiene que ser para disfrutar, ¿lo consigues?
Claro. Lo que pasa es que este año no tenía muchas ganas de jugar y, al final, me motivé mucho, pero estoy fastidiado con las lesiones.
¿Cuántas lesiones has sufrido esta Liga?
Tres esguinces y he tenido problemas con los abductores. Al final habré jugado unos 17 partidos.
¿Se sufre mucho desde la grada?
Buaff. Y el aburrimiento es peor.
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