[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Carlos López toma el espacio expositivo de la Fundación María Forcada – Casa del Almirante con «Paisaje y Materia», una colección en la que el artista tudelano se adentra en el paisaje marino, las montañas, se reencuentra con las Bardenas y comienza a experimentar con cielos tormentosos.
Esta nueva exposición llega en un momento de recuerdos especiales para el artista. «María Forcada me abrió las puertas de su galería en 1998 con mi primera exposición. Luego llegaron las de los años 2002 y 2004. Ahora, 24 años después expongo en la fundación que lleva su nombre, algo que me hace muchísima ilusión», reconocía el artista.
En la colección destaca su reencuentro con las Bardenas, una paisaje muy presente en la obra de López sobre el que había abierto un paréntesis pero que retoma de nuevo con una mirada más abstracta y cargada de materia. «Reduzco el paisaje a la mínima esencia, dos planos de tierra y cielo divididos por una linea de horizonte. Cada vez hay menos presencia del dibujo, reducido desde el punto de vista figurativo y de composición, un espacio que aprovecho para añadir bastante más materia, resaltando la importancia de lo táctil», señala López
Cielos tormentosos
Pero sin duda la mayor sorpresa que se va a llevar el espectador que ha seguido la trayectoria de López va a ser el encuentro con sus cielos, una temática que nació vinculada a sus pinturas marinas y que poco a poco se ha ido imponiendo en su obra. «Trabajando los mares descubrí una especie de tormentas de verano, con planos de agua y nubes a punto de romper, el típico cielo tormentoso de media tarde sin llegar a ser nocturno y que me ha llevado a abandonar la referencia del mar. Son paisajes más íntimos, interiores y prácticamente abstractos»., comenta.
La muestra que puede verse en la Fundación María Forcada hasta el próximo 25 de junio llega puntual a la cita que López mantiene con Tudela cada tres o cuatro años. Asimismo, reconoce el artista, se produce en un momento de especial efervescencia creativa. «Me he quedado admirado de que, pese a actividad docente, he pintado otros 25 cuadros desde el pasado mes de febrero, algo por lo que estoy muy contento, no solo por la cantidad, sino por la efervescencia creativa que siento, y que me lleva a tener que frenarme porque me veo capaz de iniciar dos cuadros al día. Disfruto de una efervescencia voraz, necesito crear y pintar de modo muy visceral».[/ihc-hide-content]