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La denuncia del aumento de maniobras militares con fuego real en Bardenas será uno de los motivos principales que se pondrán de manifiesto durante la XXX Marcha al Polígono de Tiro que se celebrará el próximo 4 de junio para exigir el desmantelamiento de la instalación militar y que partirá desde Aguilares a las 12 del mediodía con el lema «Aquí más dinero y más riesgo, allí más guerras y más dolor».
La Asamblea Antipolígono quiere poner el foco en la denuncia de la peligrosidad, la cada vez más habitual programación de estos ejercicios y la pasividad con la que la ciudadanía los contempla. «Corremos el riesgo de acostumbrarnos a que sobrevuelen nuestro entorno con bombas de fuego real como si fuese algo natural y que estos ejercicios con armamento real sean como una maniobra mas», ha lamentado la portavoz de la Asamblea, Milagros Rubio.
Precisamente Rubio, alertó de una nueva programación de ejercicios con fuego real los días 23, 24 y 25 de mayo y 13 de junio y recordó que en los seis meses que llevamos de año, en cuatro ha habido ejercicios con armamento de guerra. «Nuestro enfado es múltiple, tanto con el Ministerio de Defensa como con la Comunidad de Bardenas, pero también con el ayuntamiento de Tudela y el Gobierno de Navarra que debe de exigir que se les informe con mayor antelación así como se les justifique la necesidad de estas maniobras».
Para Eduardo Navascués, de Ecologistas en Acción, sobran motivos «para exigir el desmantelamiento del polígono de tiro porque hemos de ser conscientes de que la gravedad que está adquiriendo el escenario bélico en los últimos tiempos nos hace más vulnerables que nunca y aumentan los peligros para la población colindante». A esta petición se han vuelto a sumar desde la Plataforma No a la Guerra de Ejea y Pueblos cuya portavoz, Beatriz Izuel, incidió en que esta petición de desmantelamiento debe de ser «incondicional, porque cualquier reivindicación pone precio a un instrumento para la guerra que está poniendo en riesgo a la población». Asimismo atacó al Gobierno de la Nación por poner en duda la solidaridad de la población dispuesta a acoger a los refugiados «mientras se dedican a alimentar las causas que generan los conflictos».
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