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Una de las conclusiones más compartidas de las mesas de trabajo para elaborar el Plan Estratégico de Ciudad (PEC), organizadas el pasado mes de diciembre, se refería a la peatonalización del Casco Antiguo de Tudela. Ese mismo mes el Ayuntamiento, con ocasión de aprobar su Presupuesto, apostó por una progresiva limitación de vehículos a motor en el Casco Antiguo, sin claras posturas en contra. En las Jornadas de Rehabilitación de mayo hubo una mesa redonda sobre el tema, en la que mayoritariamente se apostó por su realización y en la Mesa del Casco Antiguo, en la que están representados todos los partidos políticos, asociaciones y el Ayuntamiento, se ha consolidado definitivamente el proyecto. Por lo tanto, hay un claro acuerdo por la progresiva restricción de coches en el Casco Antiguo. Y la AAVV del Casco Antiguo la viene defendido desde hace mucho tiempo.

Los vehículos a motor han invadido un espacio urbano que no había sido concebido para ellos. El progresivo aumento de la circulación exige regular y limitar la presión del tráfico privado, insostenible en un Casco Histórico, de calles estrechas y sinuosas. Hay que conseguir un ámbito urbano más tranquilo en el que los desplazamientos a pie o en bicicleta tengan prioridad frente a otras alternativas de movilidad y faciliten la comunicación social y el uso más humano de la vía pública. La peatonalización de los centros históricos es una medida que paulatinamente se ha ido implantando en todas las ciudades del mundo. En la misma Tudela el resultado más que positivo desde 2002 en la Carrera, Plaza Nueva, Herrerías, Mercadal… la avala. Ningún tudelano querría volver a la situación anterior, y mucho menos los comercios y la hostelería.

Otorgar prioridad a los ciudadanos que se desplazan a pie o en bicicleta aporta importantes beneficios a la convivencia y la tranquilidad del espacio público, así como la calidad ambiental urbana, según el RACE (Real Club Automovilístico de España). Para los residentes, porque se reduce el ruido y la contaminación atmosférica y aumenta la superficie destinada a su movilidad y su interrelación social, haciendo más fácil el tránsito de las personas mayores o de movilidad reducida. Para los comerciantes, porque se aumenta su volumen de negocio con el incremento de los posibles clientes que van andando a sus lugares de destino: educativos, médicos, administrativos, lúdicos, turísticos e incluso religiosos. En definitiva, para el conjunto de los ciudadanos, aunque no habiten o trabajen en el área peatonal, porque se facilitan itinerarios peatonales y se reduce el riesgo de accidentes viarios.

Mención aparte hay que hacer del Plan de fomento de caminos escolares seguros, que se está aplicando en todas las ciudades. Tradicionalmente los escolares han ido al colegio andando, pero con el cambio de los tiempos cada vez hay más padres que utilizan el coche para el traslado ocasionando grandes atascos. Según el Ministerio de Fomento el 70% de los alumnos de Primaria nunca van solos al colegio. En 15 años los padres han triplicado el tiempo dedicado a conducir para ir a los centros escolares. Traer y llevar en coche a un niño o a una niña una distancia de 2 kms supone emitir al año más de 100 kilos de CO2. La peatonalización permitiría a los escolares recuperar la autonomía perdida y hacer el trayecto con los compañeros de una manera más divertida. Son capaces de llegar al colegio solos, por lo que hay que facilitarles unos itinerarios seguros.

La zona peatonal es un espacio público en un entorno de convivencia social, donde los servicios y actividades se distribuyen de forma eficaz y eficiente para satisfacer las necesidades del conjunto de ciudadanos. Los vehículos a motor sólo podrán circular en determinados supuestos: acceso de residentes a sus viviendas, vehículos de carga y descarga en ciertos periodos del día; vehículos de servicio o de emergencias públicas en el momento que sean necesarios. Además la introducción del autobús urbano en el Casco Antiguo mejoraría la movilidad de los residentes y visitantes.

Sin embargo, su implantación puede generar conflictos que deberán ser resueltos o minimizados: indisciplina de estacionamiento, tráfico no autorizado, paso de motocicletas, la carga y descarga, que deberá cambiar sus horarios, de 9 a 13 horas, necesidad de zonas de aparcamientos para residentes, transformación o concentración de determinadas actividades, como bares, molestias a residentes por el incremento del ocio nocturno, acumulación de suciedad… En cuanto al comercio, la peatonalización deberá ir acompañada de una estrategia que procure a la implantación de nuevos establecimientos y consolidación de los existentes, que consideramos de vital importancia para la revitalización del Casco Antiguo. Aunque los comerciantes se muestran reacios en un primer momento a los procesos de peatonalización, ya que consideran perjudicadas sus ventas, a posteriori, se podrá comprobar cómo sucede precisamente lo contrario.

Todo proceso de peatonalización exige también un esfuerzo de implicación ciudadana y de los principales colectivos del barrio (asociaciones, comerciantes, gremios, etc.) para conseguir un frente común que ponga en valor los beneficios a corto o medio plazo. La limpieza de residuos, el mantenimiento del mobiliario urbano, la pavimentación, la señalización adecuada y la iluminación suficiente, entre otros, requieren una atención mayor por el aumento del paso de personas. En caso contrario puede percibirse una sensación de de abandono que degrade la zona peatonal, reduciendo su atractivo .

Las ventajas son muy superiores a las desventajas. La limitación del tráfico en la zona es una de las mejoras del casco antiguo, pero tiene que haber otras muchas para revitalizar un Casco Antiguo que se ha dejado morir en los últimos años: rehabilitación de edificios, mejora de solares, fomento de la convivencia, desarrollo del potencial turístico, financiación específica anual para el barrio… Ahora la colaboración de todos es fundamental para minimizar los problemas que se pudieran ocasionar. Por eso la AAVV del Casco Antiguo defiende con rotundidad: “Sí a la peatonalización”.