La edición número 17 del Festival de Cine Opera Prima de Tudela -el único certamen especializado en operas primas de directores- rendirá tributo el próximo jueves 3 de noviembre a Francisco Regueiro, uno de los cineastas más singulares del cine español, responsable, entre otras, de películas como “Si volvemos a vernos”, “Me enveneno de azules”, “Las bodas de Blanca”, “Duerme, duerme, mi amor”, “Padrenuestro”, “Diario de invierno” o “Madregilda”
Francisco Regueiro (Valladolid, 1934) protagonizará “Mi ópera prima”, la sección paralela del festival de Tudela que cada año realiza un reconocimiento a una “ópera prima” especialmente relevante de la historia del cine español. En 1963, a sus 31 años, Regueiro estrenó su primer largometraje, “El buen amor”, que fue saludada con entusiasmo como una de las grandes revelaciones del cine español de la época.
El jueves 3 de noviembre a las 20 h, en el Cine Moncayo, antes de la proyección de “El buen amor”, se celebrará un coloquio alrededor de Francisco Regueiro y su ópera prima en el que intervendrá el propio cineasta. La película, protagonizada por Simón Andreu, Marta del Val y Enriqueta Carballeira, cuenta la historia de una pareja de jóvenes universitarios que, tratando de huir de su rutina, decide pasar un día en Toledo.
En ediciones anteriores del festival, las películas protagonistas de la sección “Mi ópera prima” han sido “Ópera Prima” (1980, Fernando Trueba), “Bienvenido Mr. Marshall” (1952, Luis García Berlanga), “Nueve cartas a Berta” (1966, Basilio Martín Patino), “La tía Tula” (1964, Miguel Picazo), “Asignatura pendiente” (1977, José Luis Garci), “Tasio” (1984, Montxo Armendáriz), ”Habla mudita” (1973, Manuel Gutiérrez Aragón), “Los golfos” (1959, Carlos Saura), “El love feroz” (1972, José Luis García Sánchez), “Tigres de papel” (1976, Fernando Colomo), “Acción mutante” (1993, Álex de la Iglesia), “Españolas en París” (1971, Roberto Bodegas), “Ander eta Yul” (1989, Ana Díez), “Los farsantes” (1963, Mario Camus), Días de viejo color (1967, Pedro Olea). Esta sección ha permitido que Tudela haya rendido homenaje a una auténtica antología de directores de la historia del cine español.