En Villafranca el fútbol encuentra su máximo exponente en el CD. Alesves, un club histórico de la Federación Navarra al frente del cual se encuentra Gabriel Virto, quien, tras 15 años vinculado al club como jugador, entrenador y coordinador, afronta su primer año como presidente. Virto comparte las dificultades, ilusiones y desafíos que supone hoy en día liderar un club de fútbol en las localidades de la Ribera.
Una labor descomunal que pasa desapercibida
«Te das cuenta de que la mayoría de la gente no sabe lo que supone sacar adelante cada fin de semana la actividad de un club», reconoce Virto al hablar del día a día de un club que sostiene categorías inferiores y una plantilla en la Primera Autonómica Navarra. Mantener una estructura que aglutina a 180 niños repartidos en ocho equipos implica una dedicación que va mucho más allá de los partidos de fin de semana, reconoce. «Tenemos unas 30 personas trabajando, casi todas de manera voluntaria, sumando más de 3.000 horas anuales de trabajo sin remunerar», detalla el presidente.
Esta labor desinteresada incluye entrenamientos, preparación del campo y atención a los futbolistas, una entrega que, en palabras de Virto, debería ser más valorada. «Hacemos pedagogía para que la gente comprenda el esfuerzo que hay detrás», subraya.
El reto de mantener viva la cantera
El CD. Alesves apuesta por una filosofía de cantera que trasciende el rendimiento deportivo. «Hace 15 años creamos un lema que hoy sigue vigente: ‘ERA PLUS’, que significa Educación, Respeto y Actitud Positiva», explica el presidente. Esta máxima no es solo un eslogan, sino una forma de entender el fútbol. «Aquí enseñamos a jugar, pero también a comportarse. Hacemos reuniones con padres para dejar claros los valores que exigimos», explica.
Sin embargo, el contexto social y demográfico de localidades como Villafranca complica el relevo generacional. «El envejecimiento de la población, la migración y el cambio en las dinámicas sociales dificultan encontrar gente dispuesta a implicarse en un club», admite Virto, quien aboga por una mayor colaboración institucional. «Necesitamos que la instituciones entiendan que no somos solo un equipo de fútbol, sino un motor social que fomentar valores comunitarios».
Etapa de transición
Deportivamente, el CD Alesves vive un momento de transición tras su paso por la Tercera División. «Nuestro pueblo, por tamaño y recursos, debería moverse entre la Regional y la Preferente», reconoce Virto. Sin embargo, reconoce, una generación excepcional de futbolistas llevó al club hasta Tercera, una categoría que exige una preparación y un compromiso que no siempre es fácil mantener en localidades pequeñas.
«Tras dos años en Tercera y otro en una Autonómica de alto nivel, ahora toca reajustar el equipo», explica. Con una plantilla joven y en buena parte procedente de fuera de Villafranca, el principal objetivo es mantenerse en la categoría y preparar el terreno para que, poco a poco, más jugadores locales vuelvan a vestir la camiseta del club, señala.
Éxodo juvenil en las localidades de la Ribera
Villafranca no es ajena a un fenómeno que afecta a muchos clubes de la ribera, el éxodo juvenil que les lleva a estudiar fuera y continuar con sus carreras o aficiones deportivas lejos de los clubes en los que se han formado. Además, hay un cambio de actitud entre las nuevas generaciones. «Antes hacíamos lo imposible por entrenar y jugar. Ahora cuesta más encontrar jugadores dispuestos a asumir el sacrificio de tres entrenamientos semanales y el compromiso que exige un equipo», señala.
A pesar de estos retos, el presidente del CD. Alesves mantiene su optimismo. «Queremos que nuestra afición valore y apoye el trabajo que hacemos. Un agradecimiento y una actitud positiva son siempre bienvenidos», concluye Virto.