Hoy día la mayoría de las personas tenemos a nuestro alcance una cantidad exorbitante de datos. Ya no es necesario especializarse en un tema, porque en cualquier momento el teléfono móvil nos puede sacar de dudas, resolver cuál es esa palabra que a ninguno de los presentes les sale, o averiguar una fecha determinada, la cantidad de habitantes de Tokio, ni dónde y cuándo nació Kant. Si además tenemos la duda de quién era Kant, o Carlos V, Ramón y Cajal o Góngora, pulsamos en una aplicación determinada y asunto resuelto. Hay quien dice que el móvil es la mayor biblioteca del mundo, y que afortunadamente nos cabe en el bolsillo, así que ¡fuera libros!, es la conclusión, exagerada por supuesto, y bastantes personas, como suelen hacer casi todos los malos estudiantes, se deshacen de esos volúmenes que tanto esfuerzo les hicieron pasar.
No deja de ser cierto que la información sobre ciencia, literatura, economía, arte, política y un largo etc. está totalmente a nuestra disposición. Pero no es lo mismo consultar que saber, no es lo mismo mirar a una pantalla una cuestión que saberla, porque cuando se sabe, cuando la persona se ha interesado por un tema, lo ha investigado y se lo preparado con todo detalle, no solamente sabe los datos que a ese tema corresponden, sino que ha realizado un esfuerzo para aprenderlo, lo cual le ha deparado un hábito de estudio y de trabajo, ha desarrollado su memoria y su atención, y ha tenido que reflexionar sobre lo aprendido, es decir, que ha progresado como ser humano, se ha acostumbrado a un orden, a esforzarse, a reflexionar y a recordar lo archivado en su memoria, en definitiva, se ha hecho mejor persona, no sólo en el aspecto moral, sino en el de plena humanidad, que es soporte de todos los demás ámbitos.
No es lo mismo consultar que saber, no es lo mismo mirar a una pantalla una cuestión que saberla
Claro que prepararse un tema implica desentenderse de otros, pero implica también el trazarse un camino en la vida, y no sólo para resolver la economía, sino que nos proporciona un sistema de valores, unas relaciones sociales estables y hasta unas inquietudes por seguir aprendiendo de todo lo que sea posible. Lo otro, escudarse en los datos del móvil supone el negarse a todas las ventajas que el estudio proporciona, de las que son solo parte las que acabo de señalar. Y ese no es un buen camino.