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Constantino Molina, premio nacional de literatura en la modalidad de Poesía Joven 2016, ha compartido su experiencia literaria con los alumnos del 4º de la ESO del colegio de la Anunciata en un encuentro que forma parte de las actividades de la Semana Literaria de Tudela que se celebra hasta este domingo.
Constantino Molina, de 31 años de edad, ha reconocido que no es un escritor habituado a encontrarse con alumnos, de hecho, ha confesado en su visita al colegio tudelano, que éste es el segundo encuentro que mantiene con jóvenes. A ellos les ha invitado a «engancharse» a la poesía como le ocurrió a él. «Estoy seguro de que cada uno de ellos tiene su autor o su poema capaz de atraerles hacia la poesía, la clave está en hacerles llegar ese autor o ese poema que les enganchará a la poesía», ha indiciado.
En su caso, ha contado Constantino Molina, fue en el ámbito académico en el instituto y de la mano de un profesor cuando descubrió el atractivo poético. «Yo tenía un profesor, Andrés García Cerdán, ahora buen amigo y mejor poeta, al que le pregunté qué era todo esto de la poesía. El me aconsejó que leyera ciertas cosas, que por supuesto no estaban dentro del temario, y así fui curioseando y descubriendo todo esto».
Pese a su juventud Constantino Molina prefiere alejarse del perfil de poeta joven porque, dice, «cada vez es más habitual que la gente empiece a escribir mucho antes» y recuerda que su primer libro lo publicó con 29 años. «Estoy conociendo gente con 17 ó 18 años que está escribiendo y los que tienen mi edad ya cuentan con dos o tres libros publicados. La juventud me ha valido para el premio nacional, pero en cuanto a la escritura me considero un escritor tardío». Lo que, en cambio, sí llama atención a los más jóvenes es su currículo laboral, alejado, explica, «de esa especie de eremita que vive aislado del mundo». Por eso, reconoce, «a la gente siempre le resulta curioso mi currículo laboral y que ha hecho que se diera más importancia que yo trabajara en un supermercado que el hecho de haber ganado u premio nacional».
Respecto a la situación de la poesía en España, Constantino Molina ve que hay intentos de acercar a los adolescentes con formas «novedosas» que entiende que están bien para empezar pero, apunta, «desconozco hacia donde llevan». Por ello el autor se decanta más por lo clásico, aunque también matiza que en la actualidad las fronteras entre lo que entendemos por clásico, moderno y tradicional están un poco difusas. «Yo, sobre todo, apostaría por la calidad artística y literaria».
Para adentrarse en la poesía el autor ha sugerido a los jóvenes estudiantes que, sobre todo, le pierdan el respeto y los prejuicios. «Puede verse con prejuicios, como algo hermético, cursi, pero en la poesía hay de todo y estoy convencido de que cada uno tiene su autor. Ocurre como con la música, hay mucha pero cada una tiene la que le gusta».
Respecto al trabajo en las aulas, Constantino Molina no ha dudado en destacar la importancia que juega el profesor. «El temario es una cosa y la persona que a tí te imparte la materia es otra. La clave está en dar con la persona adecuada, una persona que sepa guiar e inculcarles el bicho de la poesía para despertar al menos su curiosidad».
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