exposición de Nuria Martínez
Luis Fernández, director de la UNED de Tudela, y la artista Nuria Martínez
-- Publicidad --

Hacía 18 años que Nuria Martínez González no exponía en Tudela, a pesar de que esta artista nació en la capital ribera. Sin embargo, ahora se encuentra afincada en Zaragoza y, durante la última década, se ha dedicado a dar un viraje a su arte, al pasar del óleo a la acuarela y de los bodegones, a primeros planos de flores. Un total de 22 de estos cuadros de flores son los que componen la exposición Sinfonía floral, que se ha inaugurado hoy y que se podrá visitar en el patio del Palacio del Marqués de San Adrián hasta el próximo 15 de octubre.

En la inauguración han estado presentes el director de UNED Tudela, Luis Fernández, y la propia artista, de 63 años. Ambos han conversado sobre la trayectoria de la pintora tudelana y acerca de la evolución que la ha llevado a cambiar de registro artístico.
Fernández se ha ocupado de reseñar su currículum, detallando que la artista realizó estudios de pintura en la academia del profesor Cañada, en Zaragoza -donde Martínez tiene instalado su taller-, entre los años 1979 y 1984, período en el que se centró en las técnicas de dibujo y en la pintura al pastel y al óleo.

En 1984, regresó a su Tudela natal, donde continuó sus estudios de manera autodidacta, ensayando técnicas pictóricas al óleo y al pastel. Dos años después, comenzó a recibir enseñanzas del prestigioso pintor navarro César Muñoz Sola, una formación que compatibilizó con sus estudios de arte y decoración en la Escuela de Artes y Oficios de Corella. A lo largo de su carrera, ha protagonizado exposiciones de pintura en diferentes ciudades de España.

«En esta muestra -ha comentado Fernández-, vamos a poder contemplar la fascinación que Nuria ha encontrado siempre en las flores, unos elementos que, según opina, están repletos de belleza». El director de UNED Tudela ha afirmado que la meta de la artista tudelana al enfrentarse al papel en blanco es, precisamente, capturar esa belleza, «buscar la esencia y el alma de cada flor, para presentarlas de tal manera que el público pueda verlas en su total esplendor».

«Nuria trata de llamar la atención del espectador, ya que intenta seducirlo y que quede abrumado por la belleza de cada una de estas flores», ha apuntado Fernández, que ha añadido que la intención de Martínez es también que consigamos mirar a las flores de una forma diferente a como estamos acostumbrados, dejándonos embelesar por su belleza.
Sobre su manera de pintar, Fernández ha detallado que la tudelana emplea acuarela en sus obras, trabajándolas a través de muchas y finas capas. «Lo hace delicadamente, pincelada a pincelada, porque quiere capturar hasta los detalles más pequeños, los que se nos pasan a simple vista», ha explicado, antes de manifestar que se trata de «un proceso muy minucioso, que requiere de muchas horas de trabajo».

«Las flores de Nuria, tal y como ella asegura, son arte vivo y están en constante cambio. Por eso, se han convertido en su inspiración diaria. Y, con esta exposición, pretende que cada uno de nosotros aprenda a apreciar lo extraordinario que se esconde en lo ordinario. Esa es la razón de que intente pintar sus obras con mano de jardinero», ha concluido el director de UNED Tudela.

UN NUEVO COMIENZO

La artista ha echado la vista atrás y ha reconocido que durante buena parte de su vida había estado pintado arte figurativo a través del óleo. «Más que nada, pintaba objetos y bodegones, con fondos oscuros y una gran afición por las antigüedades, como los relojes. Sin embargo, un día vi en una revista a una mujer que pintaba flores muy grandes, y su arte me impactó. Y me animé a probar», ha expuesto.

En este nuevo comienzo, siguió con el óleo, pero pronto vio que no conseguía representar la belleza de las flores, así que se pasó a la acuarela. «Hice unas pequeñas pruebas en pequeño formato, y me encantó. De hecho, el primer cuadro que hice lo tengo puesto en el salón de mi casa», ha confesado. Para Martínez, este cambio fue como despertar de nuevo en el arte: «Había llegado un momento en el que me aburría de lo que pintaba. Y esto me hizo sentir como un niño con zapatos nuevos. Además, fui completamente autodidacta. Me fui a una tienda de pinturas y compré papel y acuarelas, y empecé a probar».

Según ha resaltado, la acuarela funciona mucho mejor para pintar unas flores con las que trata de que el espectador sienta alegría y paz. «Son motivos muy sencillos, pero que llegan a todo el mundo», ha alegado. Sobre estos diez años de trabajo con este nuevo formato, ha subrayado que hasta ella misma ve una evolución. «Ahora mismo, miro mis primeros cuadros y no recuerdo cómo los hice», ha reído, antes de comentar sus características formales.

«Pinto acuarela muy en seco, como si fuese óleo. Incluso, lo hago en vertical, con un caballete. Supongo que es la herencia de haber pintado durante tanto tiempo al óleo. Así que mis cuadros se basan en capas sobre capas. Los realizó a través de veladuras y me cuesta mucho más que con el óleo, ya que no puedo rectificar», ha argumentado.

Por último, Martínez ha dedicado unas palabras a su regreso a Tudela. «Me hace mucha ilusión volver a exponer aquí, porque hacía 18 años que no traía una muestra a Tudela. Cuando busqué el dato para asegurarme, no pensaba que hiciese tanto tiempo», ha revelado. Asimismo, ha avisado de que la gente se quedará sorprendida: «Hay muchas personas que tienen cuadros míos, pero estos son completamente diferentes. Estoy segura de que se llevarán una sorpresa cuando los vean».