Luis Virto Gracia será el protagonista del Homenaje Hortelano Popular 2024 que organiza la SDR Frontón y recogerá el testigo de una tradición centenaria que mantiene en nuestras huertas los productos que hoy ensalzan la gastronomía Ribera y Navarra.
Nacido en Zaragoza hace 79 años, con cuatro meses echó raíces en la capital ribera y por lo que no duda en considerarse tudelano de toda la vida. Casado con Mª Pilar López Delgado desde hace casi 60 años, tiene dos hijos, Luis y Nati, y tres nietos, Ana Cris y los mellizos César y Marta.
De joven estudió en las Escuelas Protegidas y trabajó durante más de 30 años en un comercio emblemático de la ciudad, el Salón Postal y el Salón Mecanográfico. La huerta, reconoce, ha sido una afición en su trayectoria vital y no ha sido hasta esta última etapa cuando ha podido volcarse en ella. «Compré la huerta a un cuñado de otro hortelano popular, Alfredo Montes, y la tengo a su lado, en Traslapuente. Allí llevó casi 40 años», recuerda.
Aunque no tenía vinculación con la agricultura recuerda que la mayor parte de sus vecinos de la calle Albillo eran agricultores. «Hablaba mucho con ellos, nos ayudábamos mutuamente, y me animé a comprar el huerto y desde entonces, un día sin otro, ya no he parado. Me lo paso bien, tengo algunas gallinas y crio de todo un poco, tomate, lechuga, cebolla, pepino…».
El homenaje como Hortelano Popular 2024 ha sido una sorpresa inesperada, reconoce. «Al principio no sabía qué decir pero enseguida los hijos me animaron como excusa para pasar juntos un día bueno en las fiestas. Así que estoy contento y entusiasmado» asegura orgulloso de poder sumar su nombre a muchos de los que le han precedido en este homenaje. «He conocido a muchos, a casi todos los que han protagonizado este homenaje».
También agradece el reconocimiento que supone el homenaje al esfuerzo que día a día y de manera anónima realizan muchos vecinos de la capital ribera. «Todavía hay gente que piensa que ir al campo es sacar la simiente del bolsillo, echarlo y que se críe solo. Pero el campo, como dejes dos días sin ir, ya no puedes con el. Hay que regar, abonar, sulfatear, tienes fijos tres o cuatro veces por semana. Es lo que tiene de sacrificio, pero luego está la satisfacción de saber que te comes lo mejor, si está tratado, esa es la realidad. Yo siempre vuelvo contento de mi huerta si no es con unos calabacines, son unos tomates, unos pepinos, cebollas, si lo cuidas siempre te devuelve algo».
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