Inicio Colaboradores Carlos Muñoz La tierra prometida, por Carlos Muñoz

La tierra prometida, por Carlos Muñoz

Lucha de clases en un páramo danés.

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El actor Mads Mikkelsen es capaz de expresar con su rostro la dureza y la fragilidad, la chispa y la tristeza como demostró en Otra ronda. En esta ocasión, el director danés Nikolaj Arcel (Un asunto real), nos sitúa en Dinamarca en el siglo XVIII, para relatar cómo un capitán del ejército desea cultivar en las áridas tierras de Jutlandia, donde nadie lo ha conseguido. El film lo protagonizan: Mads Mikkelsen, Amanda Collin, Simon Bennebjerg.

El capitán Ludving Kahlen (Mads Mikkelsen), retirado del ejército, solicita al rey Federico V de Dinamarca financiación para cultivar en Jutlandia, una tierra yerma dominada por forajidos, lobos, y donde los colonos anteriores fracasaron. Para Ludving es un reto dominar una tierra inhóspita, de lograrlo adquirirá un título nobiliario y los consiguientes beneficios de clase, al ser un bastardo (de ahí el título original danés), hijo de un terrateniente y una sirvienta.

Kahlen encuentra freno a sus objetivos en la tierra, y en la figura de Frederick Schinkel (Simon Bennebjerg), señor de todos los terrenos a pesar de ser propiedad del rey, que maneja a todo el mundo sin importarle eliminar al que pretenda hacerle sombra. Luvding contará con la ayuda de los granjeros Johannes (Morten Hee Andersen) y Ann Barbara (Amanda Collin), huidos de Schinkel, junto a unos gitanos que le ayudarán al principio. Sin embargo, Schinkel y la naturaleza parecen imponer su ley….

El film del Nikolaj Arcel destila un aire a western, mezclado con elementos dramáticos, aderezados por la violencia (tremenda la escena en que se castiga a un granjero), que empuja a los personajes a tomar decisiones morales controvertidas. El film destaca por la solidez narrativa donde el racismo,el abuso de poder, el deseo de gloria, la venganza, los amores no correspondidos, se alternan con pulso, componiendo un puzle perfectamente ensamblado.

Mads Mikkelsen realiza una excelente actuación, dominando la escena con su mirada y el gesto, conteniendo la frustración que le rodea. Amanda Collin, le da perfecta réplica, resultando histriónico y exagerado el personaje de Simon Bennebjerg.
Un film agobiante a ratos, áspero en otros, pero donde entre escenas de violencia y de abuso de las clases poderosas al campesinado, aflora contra viento y marea la esperanza, al igual que las patatas que desea cultivar el capitán.