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Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar:

Los niños de Fitero me piden que confirme su llegada para la tarde del día 5 de enero. Les he dicho que no se preocupen, que ustedes son hombres de palabra y que cumplen lo que prometen sin cambiar permanentemente de opinión. Les he explicado que la fidelidad a la palabra dada, que demuestra el compromiso, la rectitud, la integridad y el valor ético de las personas, sigue siendo un valor por cultivar. Hoy más que nunca, aunque traten de convencernos de lo contrario.

Así que, si ustedes dicen que vienen, ¡vienen! Por lo que les esperamos como cada año con los brazos abiertos y el corazón acelerado.

Majestades, estoy preocupado por su seguridad y la de todo su real cortejo. Así que permítanme que les aconseje que este año no lleguen a Fitero por la NA-6900. Llevamos años pidiendo a Gobierno de Navarra que arreglen esa carretera. De hecho, existe un proyecto dormido en un cajón en la avenida de San Ignacio, en Pamplona. De vez en cuando lo sacan, le soplan el polvo, tratan de engatusarnos y lo vuelven a guardar. Por más que insistimos, no nos hacen ni puñetero caso.

Aunque me imagino que el responsable de Prevención de Riesgos Laborales del Palacio de Oriente tendrá todo en cuenta, les pido por favor que sus pajes reales tengan mucho cuidado al ayudarles a trepar hasta los balcones con los regalos. No queremos disgustos y que algún paje se tuerza el pie la noche del cinco de enero y le den cita en febrero.

Me imagino que tras dejar los regalos en las casas de Fitero volverán al aeropuerto de Noain en camello, como siempre. Lo único, ojo con la nueva ley de protección animal, no sea que hasta les prohíban el uso de camellos como medio de transporte ecosostenible.

Lo decía porque las conexiones de autobús entre Fitero y Pamplona cambiaron el año pasado y como estarán muy cansados no les apetecerá ir hasta Tudela y tener que esperar la conexión con Pamplona. Es mejor que cojan la AP-15 si tienen “Vía-T”, si no, les soplarán 22 aurelios, que es lo que se paga por ir y volver en un día a Pamplona y donde tenemos que ir “para todo”. A eso le llaman “cohesión territorial”.

Majestades, ya saben que aquí se les espera con fervor, y que por mucho que lo intenten, nadie les va a hacer una moción de censura: en Fitero no tienen competidores. Nosotros creemos que ustedes, hace más de 2000 años, adoraron al Niño Jesús y le entregaron sus presentes. Y que más de 2000 años después siguen siendo los únicos en recorrer nuestras calles devolviéndonos la ilusión y la inocencia que algunos tratan de arrebatarnos.

Por lo demás, mi lista de deseos para este año que acaba de comenzar es breve. Por un lado, salud para todos los vecinos de Fitero. Y por otro un GPS actualizado para los que nos gobierna “allá arriba”; para que se acuerden que Fitero, como Teruel, también existe.

Miguel Aguirre Yanguas
Alcalde de Fitero