Rafael del Real
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El pasado 30 de noviembre fallecía en Madrid el pintor tudelano Rafael del Real, uno de los artistas de mayor relevancia y que atesoró numerosos premios y reconocimientos en la segunda mitad del siglo XX.

El pintor tudelano Jan Díez lo recuerda como «un hombre inquieto que participó en más de un colectivo cultural, como el de ese grupo de pintores y aficionados que se reunían en la casa del pintor Vidal Abeti, en la calle Fuente de Canónigos allá por los años cincuenta, para pintar, dibujar, hablar de pintura etc. Dicho grupo lo componían además de Vidal Abeti y Rafael, José María Monguilot, Gonzalo Forcada (historiador con grandes aptitudes artísticas), Fabiola Navascués, mi madre Ana Ochoa, y alguna persona más».

Del Real estudió Bellas artes en Madrid a partir de 1954 ampliando estudios en Londres, Helsinki y en Japón donde conoció a su esposa Hatsuko. Expuso en diferentes países, Japón, Francia, Inglaterra, Italia. En España expuso entre otras ciudades Madrid (ciudad en la que residía), Barcelona, Pamplona y como es natural Tudela.

Tudela, Bardenas y Personajes Riberos

Entre sus temas pictóricos debemos nombrar el ambiente de Tudela, las Bardenas y los personajes riberos. «A mí siempre me impresionó el retablo de la parroquia del barrio de Lourdes en Tudela, especialmente la “viejica” que aparece en él, mucha gente desconoce que Rafael es el autor de ese magnífico retablo».

Después la obra de nuestro pintor se va iluminando y citando a Carlos Ciriza, “La obra de Rafael rebosa color a través de una paleta cargada de luz y salpicada de tonos de gran plasticidad herederos del impresonismo. Su pincelada es generosa, llena de fuerza y a la vez de delicadeza, creadora de un mundo de gran intensidad cromática, repleto de detalles visuales que atrapan la mirada del espectador en una cautivadora cascada de color y armonía”. concluye Díez.

Exposición Raíces Tudelanas

El 7 de julio de 2021, el Museo Muñoz Sola acogía la exposición «Rafael del Real. Raíces tudelanas», un acto al que quería asistir el artista que un día antes celebraba su 89 cumpleaños y que finalmente, estábamos en pandemia, tuvo que aplazar tras recomendaciones médicas.  No obstante, el pintor reconocía en una carta su alegría por  por la realización de esta exposición y reconocimiento público de su obra en Tudela.

La Galería Arko

Tudela siempre estuvo presente en la vida de Del Real. En el año 2001 ponía en marcha  Arko, una galería dedicada al arte contemporáneo en la que el reconocido artista mostraba la obra de importantes pintores del panorama nacional.

Con este proyecto hacía realidad una idea de traer a la ciudad a pintores de reconocido prestigio y categoría artística, «el arte de todos los que tra­bajan contemporánea­mente», explicó, «sin pensar en cosas raras, un arte en el cual cabe todo lo que se hace hoy en día», explicaba.

Para Del Real, en Tudela siempre hubo gente con muchas in­quietudes y artistas de mucha capa­cidad y muy buenos de ahí su iniciativa de ofrecer la oportunidad de disfrutar de la presencia de obras y artistas desta­cados , de gran nivel nacional pero poco cono­cidos pura el público en general.

Del Real con una de las obras dedicadas a su ciudad

«Tudela es algo que llevo grabado en la retina»

Así hablaba el artista de su ciudad en una entrevista a LA VOZ

Rafael del Real es uno de los artistas tudelanos más reconocidos, un pintor tocado con esa virtud desde pequeño y que en su veteranía se sigue mostrando el mejor inconformismo de su juventud. La pintura le ha llevado por todo el mundo pero siempre ha guardado entre sus pinceles y colores un rincón especial para la Tudela que le vio nacer.

¿Cuándo descubrió Rafael del Real su inquietud por la pintura?

«Yo creo que fue a los dos o tres años, mi familia conserva cosas que dibujaba a esa edad, digamos que salí tocado de nacimiento».

¿Y encontró apoyo cuando se decidió ser artista?

«No, mi familia y mi padre, que era un hombre excelente, me hizo estudiar Comercio. Desgraciadamente en tres años que estudié comercio aprobé dos o tres asignaturas, y una de ellas seguro que fue dibujo, pero las matemáticas y esas cosas se me daban muy mal, sin embargo cuando fui a estudiar Bellas Artes saqué unas notas estupendas, lo cual demuestra que muchas veces la buena intención de los padres no se corresponde al destino de los hijos».

¿Recuerda duros los primeros años como pintor?

«Antes de acabar Bellas Artes ya conseguí hacer una serie de murales en una parroquia de Cazorla, en Jaén, donde realicé una cúpula entera, casi como Miguel Angel subido en una escalera. Luego han venido muchas cosas, cuadros, la parroquia de Lourdes de Tudela, etc».

Y desde su época de estudiante Madrid ha sido su residencia.

«Sí, desde que me fui en el año 59. Monté el estudio y después he andado dando vueltas por el mundo».

Aún así la presencia de los temas tudelanos es una constante en su obra, ¿es porque se echa de menos?

«Tudela es algo que llevo grabado en la retina, no se puede olvidar. Las cosas que vives entre los 3 y 7 años no te las borra nadie. Mis años en la parte vieja, junto a la Catedral, anduve por las Bardenas espigando con mi madre y mis hermanos, son cosas que me han quedado muy de niño».

¿Sigue innovando en su obra Rafael Del Real?

«Más que en los temas, lo que investigo es en la expresión. Los temas no son importantes, los importante es como se sienten y como se expresan.
A nivel de gran arte, de arte internacional, lo que se valora no es el reflejo de una copia del modelo original, ya sean retratos, paisajes, bodegón, lo que se valora es cómo expresas, aunque el objetivo sea el mismo. Se valora qué sentido profundo le das a la obra, pudiendo llegar a un extremo que un paisaje que te provoca no se parece al original. Eso es la actividad creativa del artista, lo demás es copiar e imitar».

¿En su época de estudiante de quien aprendió?

«Yo pasé cinco años en la escuela de Bellas Artes y, como decíamos entonces, salíamos todos escayolados de allí. Sólo te enseñaban academicismo, imitar un modelo, ser obediente y dócil. Es lo que aprendía entonces y espero que no siga siendo así.
Creo que hay que romper esa escayola, salir y buscar nuevas actitudes y planteamientos».

Usted conoce bien el mundo pictórico español, ¿cómo lo ve?

«Hay mucha competencia, sobre todo entre los jóvenes, donde hay una ebullición creativa impresionante y están destacando en todos los niveles fuera de España».

¿El recurso a la abstracción sería una búsqueda de una pintura fácil?

«Creo que al revés, hacer una obra abstracta es mucho más difícil que hacer una obra figurativa. Hay que sacarlo todo de tu cabeza, porque nadie te da nada, y tienes que sacar lo más profundo de tu ser si quieres que tenga interés».