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El Ayuntamiento ha inaugurado el antiguo Humilladero de Tudela tras el intenso proceso de renovación que se ha llevado a cabo en el mismo en los últimos meses al que se han destinado 309.289 euros. El acto ha contado con la participación musical del coro Joaquín Gaztambide y en el mismo han intervenido el religioso tudelano Javier López Bailo y el alcalde de Tudela Alejandro Toquero. Han asistido además, varios concejales del equipo de Gobierno, la portavoz del PSN en el ayuntamiento, Olga Chueca, y la hija predilecta de Tudela, María Forcada, que ha querido conocer personalmente el resultado de la intervención.
Las obras de restauración del Humilladero de Tudela fueron adjudicadas a la empresa Valuarte Conservación de Patrimonio SLU, y han recibido una subvención de 75.000 euros de las ayudas europeas Leader. El proyecto ha contemplado la restauración del monumento, que concluyó el pasado 10 de julio y, la obra civil del entorno que lo rodea y que finalizaron en octubre.
El proyecto y dirección de obras ha sido acometido por la empresa de Joaquín Torres y Verónica Quintanilla, arquitectos especialistas en restauración de patrimonio. La obra ha intervenido en la recuperación integral del inmueble, ubicado en la entrada a la ciudad por el puente del Ebro y que, pese a su valor patrimonial e histórico, se encontraba en estado ruinoso.
Ahora, este edificio será el punto de partida de las visitas guiadas, ampliando la zona histórica visitable y creando un punto inicial muy importante que vendría a completar la recuperación de la zona con el corredor verde del otro lado del puente.
Dar continuidad a la historia
“Con esta inauguración- ha señalado Toquero- queremos dar fe de la continuidad de la historia. Esta obra de carácter integral ha sido posible gracias al trabajo coordinado de las áreas de Cultura y Turismo. Ambas se implicaron al cien por cien para dignificar esta entrada a Tudela y para recuperar lo que prácticamente había quedado olvidado”.
“Estamos, pues, en un lugar en el que han confluido esfuerzos y financiación. Un lugar para el que las administraciones hemos tenido que caminar juntas. Gracias a todas ellas, aunque quiero destacar el impulso de este equipo de gobierno, su voluntad de presupuestar esta obra y devolver el Humilladero a la vida después de tantos y tantos años de ruina”, ha añadido el alcalde.“Con esta inauguración queremos dar fe de la continuidad de la historia”, ha señalado el alcalde de Tudela en su intervención, tras la bendición del monumento por parte del canónigo de la Catedral, Javier López Bailo
El acto, amenizado por el coro Joaquín Gaztambide, ha contado con la asistencia de María Forcada y de varios miembros de la corporación
Un edificio del siglo XVII
El Humilladero de Tudela es especialmente significativo porque su construcción va más allá de la simple ubicación de una cruz para señalar un cruce de caminos y la entrada o salida de un pueblo. En la margen derecha de la entrada a la ciudad por el puente del Ebro, el Humilladero tudelano aparece ya en 1630 en documentos que describen la cruz adornada por una gran cantidad de tallas religiosas, erigida sobre varios escalones y un pedestal, todo ello cubierto por un templete de cuatro arcadas que se erigía también sobre escalinatas.
Además de su originaria función religiosa, sirvió también como fortín tras la Desamortización de Mendizábal en 1834, defensa del puente en la Primera Guerra Carlista, lugar de cobro de impuestos (arbitrios) y vaquería.
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