A lo largo de los últimos 25 años, son muchísimos los niños y niñas que han pasado por AyC Gabinete Pedagógico. Ana Córdoba, profesional con una larga experiencia a sus espaldas, ofrece en su local de Herrerías un amplísimo catálogo de servicios: “damos clases de apoyo de casi todas las asignaturas y de todos los cursos de primaria, secundara y bachillerato. Trabajamos dificultades del habla, de lecto-escritura, de comprensión del lenguaje… Todos los problemas de aprendizaje que se pueden dar en los chavales”, nos explica.
Algunas de las consultas más comunes suelen ser las relacionadas con el tema de lecto-escritura y comprensión del lenguaje. “Aunque últimamente”, explica Ana Córdoba, “he tenido muchos casos de retraso del habla, que tienen el origen en una dificultad auditiva, niños que presentan algún problema auditivo por acumulación de moco, vegetaciones… Me ha sorprendido un poco que haya tantos casos por una causa física”. En el caso de dificultades del habla, “cuanto antes se detecte el problema y se intente solucionar, mejor. Si parece ser un problema físico que necesita tratamiento médico, hay que asegurarse de que ahí está la causa y el médico te derivará a dónde sea necesario. Y nosotros lo que hacemos, es intentar mejorar la movilidad de los órganos fonoarticulatorios, trabajar la discriminación auditiva de fonemas, mejorar la memoria secuencial auditiva, aumentar vocabulario de uso, etc”.
También son comunes los problemas de lecto-escritura asociados a la visión o a problemas del habla, “y problemas de comprensión del lenguaje. A veces, una dificultad en la lecto-escritura hace que el chaval no comprenda bien, y otras veces puede ser que el chaval no tenga un buen razonamiento verbal. Las causas pueden ser muchas, y no puedes controlarlas todas. Las que sí que puedes, hay que trabajarlas”.
Esta pedagoga tudelana tiene claro que, para ayudar en el proceso de aprendizaje es necesario enseñar a los niños autonomía personal. “Hay que dejar que se frustren, que se equivoquen, que sean responsables de sus cosas desde que son pequeños, que aprendan a resolver sus pequeños problemas, para que cuando sean mayores tengan herramientas para solucionar problemas mayores. Todo eso hace que el cerebro aprenda a pensar. En un aprendizaje escolar, el cerebro llega más preparado si ha tenido que lidiar con problemas. La sobreprotección no ayuda nada”.
“De cara al aprendizaje, mi consejo es que los padres sean coherentes, que tengan unos límites, unas pautas y unos valores claros, porque eso da mucha seguridad a los hijos. Los límites están bien, hay que saber decir no a los niños”.
Móviles: mejor cuanto más tarde
A la hora de hablar de pantallas, Ana Córdoba lo tiene claro: “He visto niños que van en silleta y no levantan la cara de la pantalla. Eso, para el lenguaje, para la atención, para la vista… Es malísimo. Las pantallas, cuanto más tarde, mejor. Entiendo que están muy entretenidos, pero tienen que aprender a aburrirse, a desarrollar su imaginación, ver un problema que tienen y buscarse la vida. Las pantallas ofrecen cosas inmediatas, y hay que aprender a esperar, las cosas no son ya. En educación eso es algo básico. Aprender a leer, por ejemplo, lleva mucho tiempo. El cerebro tiene que aprender muchas habilidades para desarrollar la lecto-escritura. Y si esas habilidades no están bien asentadas, vienen las dificultades. Y el móvil, desde luego, no ayuda”.
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