Unai Aznar, doble campeón de España de ciclismo en ruta y contrarreloj sub23 apura las pedaladas de una temporada en la que ha hecho historia a nivel deportivo y en la que ha cumplido uno de sus retos, dar el salto al ciclismo profesional y correr la próxima temporada en las filas del equipo Kern-Pharma.
El ciclista de Cortes se enfundaba el maillot de campeón de España tras un mes de junio espectacular que le está permitiendo disfrutar como nunca del ciclismo, un deporte en que el asegura, «nunca se te acaban las ganas de trabajar y seguir mejorando».
La temporada que está protagonizando ofrece todas las facetas de este duro deporte. Ha trabajado como el que más de gregario para aupar a su hermano Hugo a lo más alto del podio en la Vuelta Ciclista a Navarra. Ha peleado contra sí mismo en la soledad de una contrarreloj para marcar el mejor tiempo en la línea de meta. Se ha movido con inteligencia por el pelotón para tratar para estar arriba y disputar la victoria en los últimos metros de una etapa y se ha aventurado en escapadas en las que ha demostrado ser el mas fuerte, como ocurrió en San Lorenzo del Escorial donde logró ese maillot de campeón de España que luce en las carreras.
«Firmar un doble campeonato es algo que, desde luego, hay que disfrutar»
Todo, recuerda «ha llegado en un momento clave de la temporada. Llegué a la Vuelta a Navarra con opciones de etapa pero al coger Hugo el liderato prioricé el trabajo en equipo porque sabía que Hugo podía ganar, algo que fue una alegría inmensa para todos. Llegué también muy bien a la carrera de Mungia, que fue el test para lo que vendría después, y cogí mucha confianza para afrontar las dos carreras del campeonato de España. Hubo suerte y todo salió perfecto», reconoce.
Pese a todo, a Unai Aznar le gusta valorar los éxitos con cautela. «En una temporada hay muchos momentos de bajón y de subida. Firmar un doble campeonato es algo inexplicable y es algo que, desde luego, hay que disfrutar porque volver a firmar un mes así es difícil de repetir».
De cara al futuro sigue con su propósito de seguir trabajando como lo ha hecho hasta ahora o más. «Lo que quiero es mejorar cada día, llegar a ser un buen ciclista y poder ganarme la vida con ello. Lo que he hecho hasta ahora son pequeños pasos para lograr ese objetivo», afirma. «La gente está acostumbrada a ver a los mejores del mundo en el Giro, el Tour o la Vuelta, y no sabe lo hay que luchar en el ciclismo amateur y aficionado para llegar ahí y lo difícil qué es. Tratar de compararse con ellos, desde luego, es perder el tiempo. El último de la clasificación en un Tour de Francia es un corredorazo», afirma.
«Me gusta ser gregario pero también tener mis oportunidades»
Si tiene que buscar referentes prefiere dejar a las grandes estrellas a un lado y poner el foco en nombres como Michal Kwiatkowski, Wout van Aert o Mathieu van der Poel, «gente que ayuda al equipo pero que también está disputando carreras, un poco como a mí, que me gusta ser gregario pero también tener mis oportunidades».
En este tramo final de temporada ha seguido trabajando para tratar de mejorar todo lo posible. Volvió a subirse a lo más alto del podio en Muxika y se ganó un puesto para el Tour del Porvenir con la selección española de ciclismo, la prestigiosa vuelta que han firmado muchos ganadores del Tour en la que no pudo concluir por problemas gastrointestinales. Para lo que resta, avanza, «el objetivo sigue siendo mejorar todo lo posible en este final de temporada. Ir con el maillot de campeón de España es algo que merece la pena disfrutar».
Hugo y Unai, dos ciclistas muy riberos
Unai y su hermano Hugo se han empeñado en poner en el mapa a la Ribera de Navarra, una comunidad en la que la que los ciclistas del norte y Tierra Estella son legión y viven este deporte con auténtica devoción. «La verdad es no somos tanta gente como en otros sitios y a veces es difícil juntarte con una grupeta. Además, en nuestro, caso, como hay pocos corredores que competimos, cuesta más porque tienes que salir a entrenar solo o porque el terreno no es el mejor para ser ciclista. Pero a mí siempre me ha encantado la zona en la que vivo. Ójala cambie la cosa y salgan más ciclistas, porque creo que la zona lo merece también», señala.
Para ello considera interesantes iniciativas como las que se han puesto en marcha para impulsar una nueva escuela ciclista en la Ribera. El mismo dio sus primeras pedaladas en la desaparecida escuela del Club Ciclista Muskaria. «Una de las causas de que no haya ciclistas compitiendo es que Tudela, como cabecera de la Ribera, no tiene una escuela, así que si quieres mejorar no tienes más remedio que subir al norte. Ójala vuelva a haber una escuela porque potencial hay en todos los sitios».