Este sábado asistí al concierto anual de Tutera Kantuz para celebrar el día europeo de la música, en el patio de Castel Ruiz de Tudela Repertorio variado. Disfruté. Esta coral tudelana cada año se va superando. El presentador notificó que no se celebraba, como años anteriores, en La Magdalena, porque la Iglesia diocesana actual no les había abierto la puerta.
Me quedé pensando y fui paseando hasta La Puerta de La Magdalena. Estaba cerrada. Recordé cuando de muchacho era catequista. Mi vista se quedó fijada en el alero de la puerta. Varios oficios medievales y en el centro una preciosa talla de un músico tocando posiblemente una alboka, y mezclado entre ellos el diablo. La catequesis de la iglesia medieval ponía al mismo nivel al diablo y a la incipiente burguesía tudelana. No aceptaba la nueva realidad social.
A la espalda, la casa de aquellos curas que vivían en el barrio y fueron luz en los oscuros años de la dictadura, Agustín , Alfonso, Jesus Mari, Jesus, Sixto, Guillermo ….. Nos enseñaron que Iglesia era lugar de encuentro para celebrar la vida y redescubrimos a Jesús.
Ya no están.
Hoy los propietarios de La Magdalena, la Iglesia diocesana actual, ejerce el derecho de admisión. No abren la puerta a la celebración de la vida. La Iglesia diocesana actual ha vuelto a la casilla de salida de una iglesia medieval que se resiste a admitir la nueva realidad social.
José Tabar Pérez