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Los retos del nuevo Gobierno de Navarra, por Germán Gorraiz

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La utopía factible en Navarra se concretará en la reedición de un Gobierno progresista integrado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, presidido por María Chite y que contará con el apoyo externo de EH Bildu, quedando Esparza y UPN condenados a continuar la larga travesía del desierto desde la bancada de la oposición.

Plano político

En el plano político, podríamos asistir a la reedición del Órgano Común Permanente (OCP) con la Comunidad Autónoma Vasca que consistirá en la constitución de una mesa multilateral de agentes políticos, sociales, económicos y sindicales del País Vasco, de Navarra y del País Vasco francés para acordar un nuevo marco político y territorial en el que quedaría integrada Navarra, quedando relegado “sine die” la celebración del referéndum consultivo previsto en la Disposición Transitoria 4ª de la Carta Magna de 1978.

Cambio de paradigma productivo

La economía navarra se ha basado en las últimas décadas en la conocida “dieta navarra”, (cuyos ingredientes principales eran el “boom” urbanístico, la exportación y el consumo interno), fórmula que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa.

Asía, tras una etapa dulce impulsada por favorables vientos de cola, la crisis de la industria automotriz que emplearía a cerca de 15.000 personas, provocará un choque de las placas tectónicas del sector industrial que podrían hacer tambalear al buque insignia de la industria foral (Volkswagen Navarra).

En este contexto de cambio de paradigma productivo, Navarra basará su fortaleza en las energías renovables (producción de palas eólicas y de hidrógeno verde), así como en la industria agroalimentaria, biomasa forestal, la extractiva (potasa y magnesita), biomedicina, biofarmacéutica, universitaria y en la explotación agropecuaria y forestal.

Regeneración democrática y de valores

El nuevo Gobierno de Progreso deberá proceder a instaurar la Tolerancia Cero con los casos de corrupción, a implementar políticas de Transparencia que afecten a todos los Departamentos dependientes del Ejecutivo así como a todas las empresas y entidades beneficiarias de subvenciones así como a la reducción de los cargos de libre designación.

Normalización del uso del euskera

En el plano político, tanto UPN como el PSN han defendido hasta el momento el mantenimiento de la zonificación lingüística como garantía del respeto a la pluralidad de Navarra mediante la implementación de cotos lingüísticos virtuales e impermeables a toda influencia externa, implementados en 1986 en Navarra por la ley del Vascuence, y que aún permanecen vigentes aunque con síntomas de resquebrajamiento en sus paredes.
Tanto Bildu como Geroa y Contigo- Zurekin, deberán presionar a Chivite para lograr la publicación de la nueva Ley del Euskera que posibilite que todos los ayuntamientos que así lo decidan por mayoría absoluta (previa demanda de los padres), puedan implementar en sus pueblos el Modelo D, así como promover la equiparación del euskera con el resto de idiomas en el Concurso de Méritos en las oposiciones con el objetivo ineludible de evitar el estancamiento y posterior fosilización del euskera en Navarra.

Defensa del Régimen Foral

El artículo 161.2 de la vigente Constitución señala que “el Ejecutivo central podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las CCAA”, lo que ha supuesto “de facto” vaciar de contenido las competencias legislativas de la Cámara foral y convertir a Navarra en una Comunidad tutelada por el Gobierno central. Asimismo, estaríamos en la antesala de un severo recorte de la capacidad de la Cámara Foral para legislar impuestos (autogobierno fiscal navarro), que se enmarcaría en el contexto de sistemático ataque de los partidos centralistas al régimen foral navarro, al que acusan de “insolidaridad fiscal con el resto del Estado” y que culminará con la instauración de feroz ofensiva recentralizadora por parte del nuevo Gobierno PP- Vox que podría surgir tras las elecciones generales de Diciembre.

Dicha cruzada centrípeta podría convertir a la Comunidad Foral en un autogobierno devaluado, enconsertado y sometido a los dictados del Gobierno Central o Tribunal Constitucional de turno, por lo que el nuevo Gobierno foral deberá recurrir a la figura del Contrafuero, quedando como última instancia la reedición de la Gamazada ( reacción popular de la ciudadanía navarra contra la intentona del ministro español Gamazo de suprimir el régimen fiscal navarro establecido en la Ley Paccionada de 1.841).

Germán Gorraiz López- Analista