[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Tudela ha participado en el proceso “Hacia una gobernanza local y transformadora en clave de soberanía alimentaria e igualdad de género” organizado por Fundación Mundubat, Mugarik Gabe Nafarroa y Fundación IPES, con la colaboración del Parlamento de Navarra y enmarcado en un proyecto de sensibilización financiado por Gobierno de Navarra. El pasado día 13 de junio se celebró en el Parlamento de Navarra una sesión de encuentro de este proceso, que se ha llevado a cabo en las cinco merindades de Navarra durante más de seis meses, y han participado grupos de mujeres productoras, agentes e instituciones locales como ayuntamientos o agencias de desarrollo rural y colectivos de la sociedad civil de diversos pueblos, ciudades y valles como: Tudela, Arguedas, Tafalla, Olite, Berbinzana, Estella, Yerri, Amescoas, Pamplona, Baztan, Leitza, Sakana, Sangüesa, Otsagi, Lumbier… Desde la merindad de Tudela, Olga Risueño (concejala de la capital ribera), Santi Cordón (Fundación Mascotas Verdes) y Diego Blanco (Colectivo Helianto) contaron los avances que se están dando en relación a huertos urbanos, huertos sociales y huertos escolares.
En la jornada del Parlamento hubo ocasión de conocer de primera mano la realidad y demandas de las mujeres productoras, así como el trabajo que se está realizando en cada merindad histórica.
La voz de las mujeres productoras
Al inicio de la sesión Ester Montero presentó el documento “Mujeres productoras y soberanía alimentaria en Navarra: una mirada desde el género”, elaborado a partir de los talleres realizados con mujeres productoras en las cinco merindades. Posteriormente, Gotzone Sestorain, en representación de las mujeres participantes en el proceso, realizó una intervención explicando la delicada situación de las mujeres productoras en el mundo rural, y detallando las principales demandas del colectivo.
Sestorain, productora de Leitza, denunció la situación que viven las pequeñas y medianas producciones locales y ligadas al entorno, ya que la sociedad y la administración no conocen ni valoran su trabajo; arrastran una sobrecarga de papeles y una burocracia muy compleja; la evolución de las políticas de la administración les ha hecho dependientes de las ayudas económicas, sin ningún tipo de legislación adaptada a la medida de sus explotaciones. Todo esto conlleva el endeudamiento y una gran carga de trabajo. Con las siguientes consecuencias: primero, un estrés enorme y problemas de salud, y segundo, que la gente que se dedica a la pequeña agricultura-ganadería se vea abocada a abandonar el oficio.
A causa de estas políticas que se han llevado hasta ahora, la diversidad y riqueza de actividades de agricultura y ganadería que disfrutábamos en Navarra está desapareciendo, y el medio rural está perdiendo su labor principal, es decir, el alimentar a la población.
La portavoz de las mujeres productoras añadió que estas viven en un entorno muy masculino y machista y que su trabajo no se valora ni se tiene en cuenta. La mayoría de las veces no existen. Son invisibles.
Ante esto, subrayaron la necesidad de cambio del modelo productivo y solicitaron una apuesta seria y firme por parte de la administración por la construcción de la soberanía alimentaria y una agricultura sostenible social, ecológica y económicamente. En este sentido presentaron un listado de propuestas concretas de acción repartidas en seis puntos: semillas, tierra, ayudas públicas, venta directa y circuitos cortos de comercialización, educación y servicios públicos.
Nuevas políticas públicas de gobernanza alimentaria
En un segundo momento de la sesión, representantes de cada merindad contaron los avances que se está dando en su zona en relación con la gobernanza local alimentaria. También pusieron en valor el proceso de sensibilización en la materia, que se ha sustanciado en un mes intensivo de trabajo en cada merindad.
Pedro Leralta (concejal de Tafalla) en representación de la merindad de Olite, habló sobre iniciativas para el impulso de producciones locales, y expresó una gran preocupación por las afecciones de megaproyectos como el TAV, que se suman a las afecciones de la agroindustria y la destrucción del tejido local.
Por parte de la merindad de Estella, la concejala de la cabecera de merindad Emma Ruiz, nos contó varias iniciativas de política alimentaria, y detalló sobre todo el nuevo proyecto del mercado de producto local.
Imanol Ibero, productor de Aibar y presidente de EHNE Nafarroa, habló de la crítica situación del sector, y como productor de la merindad de Sangüesa, denunció especialmente la vulnerabilidad de la merindad y sus valles pirenaicos, quienes requieren una defensa activa.
Por último, Patricia Perales (concejala de Pamplona) y Joseba Otondo (alcalde de Baztán), ambos en representación de la merindad de Pamplona, contaron los avances en materia de gobernanza alimentaria. El punto fuerte de Pamplona como entorno urbano, es su compromiso con el Pacto de Milán y diversas políticas activas entre las que destacan el cambio en el menú de las escuelas infantiles con producto fresco, local, ecológico y de temporada, o el proyecto del Geltoki. En el caso de entornos rurales como Baztán, Otondo habló de diversos temas como la gestión de los comunales, el empoderamiento de productores y productoras locales mediante la creación de la marca “Baztango Zaporeak” o el fomento de la agroecología mediante la formación.
Al finalizar el encuentro hubo un espacio de refrigerio y una foto de los participantes. Este evento tiene su antecedente en el Parlamento Abierto de Soberanía Alimentaria de febrero de 2016.
En la reciente sesión del Parlamento sobre soberanía alimentaria del 13 de junio de 2017, se visualizó de manera nítida, por un lado, la alarmante situación de la pequeña agricultura (justo aquella que es sostenible y corresponsable con la alimentación sana y el cuidado del territorio) y, por otro lado, la creciente alianza campo-ciudad donde la soberanía alimentaria y las nuevas políticas públicas que desean poner la alimentación en el centro toman cada vez más relevancia y pueden suponer la mejora del primer sector con modelos más justos, sostenibles y con perspectiva de género. [/ihc-hide-content]