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[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]La Filoxera en la Ribera de Tudela (1877-1918). Cuando las viñas podían cavarse con azadones de plata. Así se titula el libro del ablitero Francisco Santos Escribano que él mismo presentará, el próximo sábado 27 de Enero, en un acto que se desarrollará en la Casa de Cultura de Ablitas, a partir de las 18 horas.
Francisco, ¿por qué este título?
En primer lugar, el título refleja una doble situación. Por un lado, la Filoxera, que es un insecto de las vides procedente de EEUU, arrasa el viñedo francés durante veinte años. En ese periodo de tiempo, los viticultores españoles y riberos se frotan las manos porque no ha afectado a nuestras viñas, y se produce una euforia colectiva en nuestra comarca porque los franceses demanda vino a nuestro bodeguero para mantener su clientela consolidada de muchos años de comercio mundial. Comisionados franceses instalan oficinas temporales en Tudela buscando vino, e incluso lo compran al pie de viña sin haber sido elaborado. España se convierte, como diría Juan Pan Montojo en la Gran Bodega del Mundo. Esto, evidentemente, genera pingues beneficios económicos nunca conocidos en la agricultura tradicional.
Por otro lado, el segundo título o subtitulo “Cuando las viñas podían cavarse con azadones de plata” proviene de un artículo publicado en el Diario de la Ribera el 27 de diciembre de 1880, y que es una metáfora que refleja ese ambiente de bonanza que esta generado. Es la fiebre del oro que recorre nuestros campos.
¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?
El proceso de elaboración del libro es complejo. Mirar fuentes archivísticas, Hemeroteca del Ayuntamiento de Tudela, Actas del Ayuntamiento de Tudela, Archivo del Marqués de San Adrián, y demás documentación de la comarca aproximadamente un año. Y, luego redactar otro año. A esto se añade las diversas correcciones que cualquier trabajo necesita, más las impuestas por el par de ciegos anónimos que se leen el texto y te hacen sugerencias antes de la publicación, y este proceso viene a dura varios meses.
¿Y cual ha sido tu objetivo con este trabajo científico?
Sin lugar a dudas, hay temas transversales que atraviesan la historia y que son conocidos por nuestro abuelo y abuelas, que a su vez lo han trasmitido oralmente porque en su momento les impacto. A su vez, en la cultura popular ha quedado una huella delicada y fina que se pierde lentamente. Por ello, es necesario muchas veces olvidarse de las grandes estructuras, y dedicarse a estas coyunturas que marcaron el devenir histórico de nuestras comarcas y de la vida cotidiana de sus gentes. Además, en el imaginario popular han quedado frases, canciones que hacen referencia a este pasado, y que necesitan una concreción intelectual para que la gente las conozca. Decir que en 1888 había 10.177 hectáreas de viñedo y que prácticamente era monocultivo en la Ribera, y que en 1818 solo había 3.475 es algo que necesita un estudio para entender la palanca o motor que produce este crecimiento exponencial, y que genera unos beneficios nunca conocido en el campo ribero. Convirtiéndose este producto en monocultivo de pueblos que nunca más volverán a tener viñedos.
¿Qué curiosidades va a descubrir el lector?
El lector joven puede ver muchos elementos que le sorprenderán, pero que sus abuelos seguro que conocen muchas de estas curiosidades o las han oído. Por ejemplo, para clarificar el vino, en la elaboración, se echaba yeso que hacia de elemento que precipitaba las impurezas del vino. Otras veces echaban huesos de jamón o claras de huevo. O que, con agua del Ebro, alcohol de 94 grados y aromatizantes se hacía vino adulterado de 15 grados que se vendía en el mercado francés. Y todo esto generaba un problema de salud pública que los franceses tuvieron que atajar en la misma frontera. De hecho, en los manuales de aritmética franceses se prohibió plantear problemas a los alumnos donde se mezclase agua con vino. Y, por último, quien no ha oído a los abuelos dos frases terribles que se decía en la Ribera atribuidas a comisionados y algún bodeguero tudelano. Una decía que “mientras baje agua por el Ebro no faltara vino” y otra más infame que explicaba que “se puede hacer vino hasta de uva”.
Además, tienen que entender que la Filoxera, el insecto, no entiende de fronteras nacionales, de provincias ni de pueblos, llegando a Navarra entre los años 1892 y 1893, aunque oficialmente se reconoce en 1896. De este modo, los primeros focos aparecen en Echaurri y Aranguren. En la Ribera el primer caso es detectado en Cintruénigo (término de las Minas) en 1897. A los pocos meses, aparece en Tudela en el término de Traslapuente. Esto significa que el insecto ha cruzado el Ebro, acabando con el mito de que el río es un obstáculo infranqueable como pensaba los viticultores tudelanos.
¿Cuántas páginas?
El libro tiene 212 páginas.
¿Qué nos puedes decir de las ilustraciones?
Las ilustraciones son fotografía de la época. Una es del Ebro a su paso por el Prado. Otra la estación del Tarazonica en Tulebras, o la construcción del canal de Lodosa en Murchante. Además, una foto es la Escuela de Peritos Agrícolas de Villava de 1916 sede de I Congreso Internacional de Viticultura, todas ellas de la Fonoteca Municipal de Pamplona. Por último, la azucarera de Tudela en construcción de Nicolás Salina.
¿Qué tirada?
2.500 ejemplares.
¿Hay posibilidad de más ediciones?
Sin duda, todo depende de la demanda. Hay que tener en cuentas que, sobre el tema del viñedo, aunque sea el estudio de ámbito local, no se ha escrito nada en Navarra desde el punto de vista histórico y de su evolución. Asimismo, las causas y consecuencias que planteo pueden ser extrapolada para el resto del territorio foral. En este sentido, somos pioneros tanto en la investigación como nuestros abuelos lo fueron buscando hacer un negocio rentable. Aunque ahora el retroceso del viñedo sea palpable a pesar de haber sido el monocultivo que lleno de color verde la primavera en la Ribera de Tudela. En este momento queda reducido al Valle del Queiles y del Alhama y en retroceso.
¿Qué nos puedes decir de las ayudas institucionales?
Sin el apoyo de las instituciones, en este caso Príncipe de Viana, muchas investigaciones dormirían el sueño de los humildes en los cajones de los despachos de muchos historiadores. Su labor es fundamenta para poner en valor elementos de la cultura agrícola, o de la cultura inmaterial que nos ayuda a conocer mejor la Ribera de Tudela, o de Navarra, sus gentes, su universo social y cultural que han marcado su idiosincrasia.
¿Y el precio del ejemplar?
12 euros
¿Dónde se puede adquirir?
En las librerías de Tudela y de todas las localidades de Navarra.
¿Qué supone para ti esta obra?
Para mi este libro viene a colmar una aspiración de poner en valor y dar vida a un momento histórico que hizo de la vid una fuente de riqueza, y que lleno páginas la prensa de Tudela y que, además, los periodistas asesoraban a los viticultores y les recodaba que tenían que tratar las viñas, echar yeso, trasegar los vinos etc. Toda la comarca era mucho el dinero que se jugaba en el negocio. Los beneficios que se produjeron no los ha habido en el campo de la Ribera de Tudela en toda la historia, ni en tiempo del esparrago como el oro blanco. De ahí procede esa frase que decían los abuelos de “el que tiene viñas es rico”.
Además, refleja y sintetiza muchas ideas sueltas que nuestros abuelos nos contaron, muchas de ellas deslavazadas, y que sintetizadas en el libro nos acerca a un mundo perdidos que forma parte de nuestro pasado glorioso y heroico.
¿Cuál es tu objetivo?
La difusión de aspectos desconocidos y que tienen que servir para valorarlo en su conjunto. Además, quiero dar a conocer que en todos los congresos y foros destacaron los propietarios riberos por ser muy dinámicos, aportando ideas interesantes y tratando de implantar el modelo de vinificación del medio día francés. Dicho todo esto, si a día de hoy los logros en el sector no son los esperados como en otras regiones (La Rioja, por ejemplo), no se debe volver la vista atrás en el tiempo para buscar culpables, pues aquellos agricultores, viticultores, propietarios y técnicos agrónomos hicieron bastante bien sus deberes. ¿Qué han hecho sus descendientes?
Por último, el gran debate entonces y ahora sigue siendo la mejora de la calidad del vino para buscar mercados no tan inestables como el francés de finales del siglo XIX. De este modo, cualquier planteamiento que hagamos de lo problemas de la viticultura actual tiene que ser cercano en el tiempo, puesto que nuestros abuelos hicieron bien sus deberes, y buscaron, a pesar de la grave crisis, hacer de este cultivo un negocio rentable con una visión de futuro importante. A día de hoy la crisis de la viticultura vuelve a estar en el candelero y algunas bodegas cooperativas de la Ribera de Tudela han sido vendidas o privatizadas. Conviene meditar detenidamente ante estas circunstancias, sobre todo por parte de los organismos que regulan la calidad y el mercado del vino. Como diría Louis Pasteur «Hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los libros.» Este es el verdadero paradigma.
¿Por qué es tan importante la viticultura en la Ribera de Tudela?
En Tudela, al calor del auge de la viticultura y de esta euforia colectiva se organiza en 1887 una Asamblea Vitícola auspiciada por el Centro de Agricultores, Ganaderos y Propietarios de Tudela. Este es un elemento a tener en cuenta pues acuden propietarios de todas comunidades limítrofes. En dicha reunión se van a defender con ahínco los intereses de la producción del vino y sus derivados, y sobre todo un elemento novedoso que son los alcoholes vínicos, elaborados con los residuos de la viticultura y los vinos oxidados, frente a los llamados alcoholes industriales elaborados con remolacha y otros productos.
Sin lugar a dudas, es un elemento nuevo que aparece y va a traer de cabeza a los agricultores. Se trata de una lucha enconada entre los intereses de los viticultores que defiende el alcohol producido por los restos de la elaboración del vino, frente a los nuevos alcoholes hechos con remolacha que privan a los anteriores de unos beneficios extraídos de los vinos deteriorados o picados a través de la producción de alcohol.
Como reflejo de todas estas ganancias que se están produciendo, y bajo el paraguas de la sociedad de Amigos del País de Tudela se crea también el Sindicato Promovedor de las Exportaciones de Vino para facilitar las ventas al país vecino. Se trata de un organismo para regular y organizar de forma ordenada las exportaciones de vino a Francia.
A su vez la Real Sociedad de Amigos del País de Tudela, dirigida, en este momento, por un ilustre médico ablitero Leoncio Bellido y Díaz, redactó un informe detallada para la Asamblea de Agricultores de España donde de forma clara, veía venir una posible quiebra de la bonanza comercial, y acusaba a nuestro país de que no había sabido crear corredores de vino cuya misión hubiese sido la de vender los caldos nacionales, y crear un mercado internacional para vender a otros lugares del mundo, no solo a Francia. Se postulaba, como asociación tudelana y reivindica que ellos fueron pioneros en ver que esta edad de oro no era eterna, dando consejos al resto de España.
¿Es tu primer libro o tienes más?
No es mi primer libro con este son cinco.
(2001). Miseria, hambre y represión: el trasfondo de la Primera Guerra Carlista en Navarra, 1833-1839.
(2001) La Primera Guerra Carlista en Navarra: nuevos aspectos económicos y sociales.
(2002) El sueño del agua. Historia de la Mancomunidad de Aguas del Moncayo (1939-2002).
(2023) El hambre en la posguerra en la ribera navarra (1939-1951).
(2023) La filoxera en la Ribera de Tudela (1877-1918). Cuando las viñas podían cavarse con azadones de plata.[/ihc-hide-content]